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sábado, 7 de junio de 2014
Como era el comercio entre España y América en la época colonial?
El comercio entre España y América se insribe en el marco del merantilismo. Por ello es necesario primero saber de que se trata esto para después ver las características partculares de ese comercio.
EL MERCANTILISMO.
Se designa como Mercantilismo a la doctrina y prácticas económicas
de la mayoría de los estados nacionales europeos, durante el período
que transcurre del siglo XV al siglo XVIII. Su finalidad era el fortalecimiento de la nación a través de la adquisición de metales preciosos, ya sea con la explotación de minas propias, o la venta de mercaderías al exterior. Sólo le interesa la grandeza del reino. Por esta razón el Estado intervino en todos los aspectos de la vida económica.
Esta política se asienta sobre una serie de principios básicos:
- la riqueza de un país se basa en la cantidad de metales preciosos que posee;
- conviene comprar poco y barato, y vender mucho y caro, es decir, tener una balanza comercial favorable.
- la producción nacional debe ser protegida por el Estado, poniendo fuertes impuestos a los artículos importados.
- el Estado, además, regula el volumen, la calidad y la cantidad de la producción. Es un estado intervencionista, mediante leyes proteccionistas defiende la producción nacional de la competencia extranjera.
- Aplicación del mercantilismo: cada país puso el acento en un aspecto particular del esquema general.
-Francia se puso el énfasis en las manufacturas.
-Inglaterra, Holanda, y Portugal, el mercantilismo tuvo como base el comercio exterior.
-España, los metales preciosos fueron los objetivos de su política mercantilista.
Los países europeos aplicaron a sus colonias el monopolio, es decir, sólo podían comerciar con la metrópoli, producir materias primeras y comprarle productos manufacturados. La creación de imperios coloniales le proporcionaron a los reyes grandes riquezas, utilizadas para equipar ejércitos y flotas, con lo que aumentó el poder política.
Sistema de Flotas y Galeones
En los primeros tiempos de expediciones, donde cada armador o
comerciante organizaba por su cuenta dichas embarcaciones; pero el
contrabando y los piratas obligaron a las autoridades españolas, Felipe
II de España, hijo de Carlos I, a formar flotas compuestas por varias
naves artilladas que navegaban juntas. A partir de 1573 este sistema de "flotas y galeones"
se volvió obligatorio y oficial y todo navío debía ir o regresar de
México formando parte de la flota bajo pena de sanciones si no cumple
dicha propuesta.
Cada año se equipaban en Sevilla dos flotas: una con destino a Veracruz (México), denominada "flota de Nueva España" y la otra a Portobelo (Panamá), llamada "flota de Tierra Firme" de la que partían algunas naves para Cartagena y Caracas.
Los comerciantes del Río de la Plata iban a proveerse a Potosí, pasando
por Jujuy, Salta y Córdoba. Llegan después de larga peregrinación, muy
recargados sobre su valor primitivo.
Poco tiempo después de la llegada de los galeones, los comerciantes de
la América del Sur llevaban sus productos a Portobelo, para ser
cambiados allí por los artículos manufacturados. En este último puerto
la flota esperaba las mercaderías, que a lomo de mula atravesaban el
istmo de Panamá, punto en donde la Armada del Mar del Sur había dejado
los productos recogidos en Valparaíso, Callao y Guayaquil.
Portobelo era, pues, el emporio del comercio sudamericano. Ambos
convoyes cargados con esmeraldas de Nueva Granada, perlas de Margarita,
tabaco, cacao, etc. de Venezuela, minerales de Nicaragua, metales
preciosos del Perú y de México y sus respectivas flotas defensoras,
volvían a Cádiz.
El cargamento de los buques se efectuaba en España, por comerciantes de Sevilla y Cádiz, con la intervención de la Casa de Contratación,
la que indicaba qué artículos y qué cantidad debían embarcarse; los
productos que de retorno debían llevar y las escalas que tenían que
hacer.
En Portobelo, Panamá y Potosí se efectuaban ferias anuales que duraban
de 30 a 40 días y allí se llevaban los productos de las minas, la
vainilla, el palo de campeche, quinina, cueros, sebos y cereales para
cambiarlos por productos procedentes de España.
El Monopolio Mercantilista
A menudo se ha llamado a este sistema monopolio comercial. Fue monopolio
en el sentido de que España era el único vendedor y el único comprador,
según lo pedían las doctrinas estatistas de los teóricos del
mercantilismo (que valoraba como sinónimo de riqueza la posesión de
metales preciosos).
Contra ese único comprador y vendedor protestaban los países con
mercantilismo de flotas y fletes, como Inglaterra y Holanda
Ventajas para España
El sistema le permitió un efectivo contralor del comercio con los reinos
de Indias, gracias al sistema de flotas y al régimen de puerto único.
Inconvenientes para España
Agudizó el ingenio de los contrabandistas, no sólo ingleses y
holandeses, sino también españoles. Incluso las autoridades se mezclaban
en dicha actividad. El contrabando, resultó siempre un magnífico
negocio en perjuicio de la Corona.
Inconvenientes para América
El encarecimiento de los productos en zonas distantes a los puertos
donde llegaba la flota. Debido a la cantidad de intermediarios por los
que pasaban, los productos en las zonas más australes del continente
podían salir muchas veces más caras que en el Caribe y zonas aledañas.
También, el desabastecimiento, debido a que muchos de los productos que
traían los barcos se perdían o pudrían en el trayecto.
El contrabando
El régimen español de los siglos XVI y XVII y la prohibición impuesta a
los extranjeros de comerciar con las posesiones americanas, trajeron
como consecuencia el contrabando o comercio clandestino que no pagaba
derechos aduaneros, violaba y defraudaba al fisco español.
Los ingleses, portugueses y holandeses introducían toda clase de géneros
a las colonias americanas. Por razones políticas España permitió que
Francia pudiera comercializar con el Perú, permiso aprovechado por los
franceses para introducir en Lima toda clase de mercaderías. En el Río
de la Plata, muchas embarcaciones procedentes de Sevilla se detenían en
el Brasil, para cargar allí los géneros e introducirlos luego en Buenos
Aires. Otras veces las naves penetraban en el estuario del Río de la
Plata y pasaban a los barcos españoles su cargamento, en retorno de los
frutos del país que éstos cargaban clandestinamente. Colonia del
Sacramento y Las Antillas, fueron focos de contrabando
con Hispanoamérica. Estas posesiones españolas fueron utilizadas por
Inglaterra, Francia, Holanda y Portugal para evadir el comercio español.
Intentando eliminar estos "abusos del contrabando", los comerciantes de
Cádiz fueron autorizados para enviar buques de registro a parte del
sistema de galeones. Esta medida fue utilizada para el Río de la Plata
que pudo obtener los artículos europeos en más abundancia y menor
precio.
Corsarios y piratas
Los corsarios y piratas, generalmente ingleses, franceses y holandeses,
se organizaron para atacar las flotas españolas y apoderarse de las
riquezas y mercaderías que transportaban.
Los corsarios actuaban cuando su país mantenía guerra con España. El
botín capturado se repartía correspondiendo una parte al Estado. Sus
actividades cesaban al declararse la paz. Los piratas operaban en todo
tiempo, por cuenta propia y se distribuían entre sí el producto. Su
centro estaba en la isla Tortugas, al norte de Haití, desde donde se
desplazaban, durante los siglos XVII y XVIII, por el mar de las
Antillas.
Religión egipcia.
El pueblo egipcio fue uno de los más religiosos del mundo antiguo; la
religión ocupó todos los aspectos de la vida cotidiana. Adoraban
múltiples dioses (politeísmo), divinizaban las fuerzas naturales (naturalismo), los representaban con forma animal (zoomorfismo), o humana (antropomorfismo) y también en forma mixta, mezcla de animal y humana.
Entre los dioses más destacados encontramos al sol, llamado Ra en Menfis o Amon en Tebas. Uno de los dioses más populares fue Osiris que, según la leyenda, fue muerto y despedazado por su hermano Seth. Su hermana y esposa Isis rehízo su cuerpo y le devolvió la vida. Según las creencias, esta fue la primera momia.
Los principales dioses eran:
Amón: el dios del Sol, se le adoró en Tebas como creador supremo y terminó siendo asimilado a Ra.
Isis: era la esposa y hermana de Osiris, diosa de la magia se la representaba con figura humana coronada por un trono.
Horus: era el hijo de Isis y de Osiris. Se le representaba como un halcón.
Anubis: era el responsable de conducir a los muertos hasta el tribunal divino. Era el dios de la momificación y se lo representaba con cabeza de chacal.
Thoth: Era el dios de la escritura y era representado con cabeza de Ibis o como Babuino.
Nut: Era la diosa de la noche y se la representa con forma humana cubriendo a la tierra.
Apis: Era el dios de la agricultura y se representaba con un toro.
Sobek: Era el dios cocodrilo, el dios de la fertilidad.
Inmortalidad. La muerte era concebida como la separación de los
elementos espirituales (Ka y Ba) del cuerpo. El aspecto más original y
creativo del pensamiento religioso egipcio fue la creencia en la
inmortalidad del espíritu. Deseaban una vida plena, cómoda y agradable
tanto en este mundo como en el más allá, de allí su concepción optimista
de la vida. Se podía lograr si se conservaba el cuerpo (momificándolo) y
el alma pasaba el Juicio de los muertos.
Momificación. Lleva a una serie de ritos muy complejos. Así los describía el historiador Herodoto en la Antigüedad:”(…) tienen oficiales especialmente destinados a ejercer el arte de embalsamar; los cuales, apenas es llevado a su casa algún cadáver, presentan desde luego a los conductores, unas figuras de madera, modelos de su arte, las cuales con sus colores remedan al vivo un cadáver embalsamado (…) Enseñan después otra figura inferior (…) y por fin otra tercera más barata y ordinaria, preguntan de qué modo y conforme a qué modelo desean se les adobe el muerto; y después de entrar en ajuste y cerrado el contrato, se retiran los conductores. Entonces, quedando a solas los artesanos en su oficina, ejecutan en esta forma el adobo de primera clase. Empiezan metiendo por las narices del difunto unos hierros encorvados, y después de sacarles con ellos los sesos, introducen allí sus drogas e ingredientes. Abiertos después los ijares con piedra de Etiopía aguda y cortante, sacan por ellos los intestinos, y purgado el vientre, lo lavan con vino de palma y después con aromas de los cuales exceptúan el incienso, y cosen últimamente la abertura. Después de estos preparativos, adoban secretamente el cadáver con nitro durante setenta días, único plazo que se concede para guardarle oculto; luego se le faja, bien lavado, con ciertas vendas cortadas de una pieza de finísimo lino, untándole con aquella resina de que se sirven los egipcios en vez de cola. Vuelven entonces los parientes por el muerto, toman su momia, y la encierran en un nicho o caja de madera, cuya parte exterior tiene la forma y apariencia de un cuerpo humano y así guardada la depositaban en un aposentillo, colocándola en pie y arrimada a la pared (…) He aquí el modo más exquisito de embalsamar los muertos (…) El método de que suelen echar mano los que tienen menos recursos se reduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas, y adobar el cadáver, durante los setenta días prefijados restituyéndole después al que le trajo para que lo vuelva a su casa”. Herodoto. Libro I; LXXXVI; LXXXVIII. Se lo acompañaba de estatuas que le podían reemplazar en caso que no se conservara adecuadamente; y de ofrendas alimenticias, así como una copia del “Libro de los muertos”.
Juicio de los muertos. En este juicio se pesan las obras de un hombre para saber si es digno de ir al reino de Anubis. El muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de la sabiduría, Thot. El que fiscaliza todo es Anubis. Este juicio tiene una importancia muy grande ya que es algo inédito en las culturas de la Antigüedad y no volverá a darse nada parecido hasta el cristianismo, que recogerá muchas de las simbologías que utilizaban los egipcios. El juicio de los muertos se representa siempre de la misma manera: está presidido por Osiris, y está asistido por Isis y Neftis. Los tres dioses están rodeados por 42 asesores, los dioses de los distintos nomos. En uno de los lados aparece el difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Llegan al centro de la escena donde hay una balanza; en un platillo se encuentra el corazón del difunto y en el otro una pluma (símbolo de la diosa Maat). Si pesaba más la pluma que el corazón, el difunto es exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si era al revés, el difunto debe ir hacia la Devoradora (mezcla de cocodrilo, hipopótamo y león) para ser consumido. Esta vida sobrenatural estaba reservada al Faraón y a su familia, pero a partir del segundo milenio AC todos podían lograr la inmortalidad. Las tumbas eran individuales o fosas comunes, según el grupo social al que perteneciera el difunto.
Libro de los muertos. Después de la muerte, los egipcios creían que su alma, "ba" viajaría al reino de Osiris para ser juzgada ante su tribunal divino. Para ello el muerto cruzaba un río y pasaba por siete portales custodiados, y debía luchar con serpientes y cocodrilos, mientras dioses malos lo hostigaban. Al final de ese viaje sería juzgado por las obras que había realizado en su vida, eso se sabía pesando su corazón en una balanza manejada el dios chacal Anubis. En uno de los platillos se colocaba el corazón, y en el otro platillo había una pluma. La balanza debía mantener el equilibrio si el hombre había sido bueno, así su alma podría vivir junto a Osiris y gozar de la vida eterna. Pero si los pecados pesaban más, el alma era condenada a ser devorada por un monstruo terrible. Para que el alma pudiera defenderse y justificarse frente al tribunal de Osiris, se colocaba en la momia un ejemplar del Libro de los Muertos, el cual tenía un conjunto de fórmulas que debían recitar antes de ser juzgado. El Libro de los Muertos era uno de los objetos más caros del Antiguo Egipto.
Entre los dioses más destacados encontramos al sol, llamado Ra en Menfis o Amon en Tebas. Uno de los dioses más populares fue Osiris que, según la leyenda, fue muerto y despedazado por su hermano Seth. Su hermana y esposa Isis rehízo su cuerpo y le devolvió la vida. Según las creencias, esta fue la primera momia.
Los principales dioses eran:
Amón: el dios del Sol, se le adoró en Tebas como creador supremo y terminó siendo asimilado a Ra.
Ra: dios del Sol, se representaba frecuentemente como un halcón coronado con un disco solar y sobre este una serpiente.
Osiris: dios de la resurrección, de la fertilidad, de la vegetación y la agricultura; símbolo de la regeneración del Nilo; Osiris preside el tribunal que juzga las personas tras su muerte. Fue asesinado según cuenta la leyenda por su hermano Seth.Isis: era la esposa y hermana de Osiris, diosa de la magia se la representaba con figura humana coronada por un trono.
Horus: era el hijo de Isis y de Osiris. Se le representaba como un halcón.
Anubis: era el responsable de conducir a los muertos hasta el tribunal divino. Era el dios de la momificación y se lo representaba con cabeza de chacal.
Thoth: Era el dios de la escritura y era representado con cabeza de Ibis o como Babuino.
Maat: era la diosa de la justicia y se la representaba coronada por una pluma.
Seth: Era el dios de los pastores nómadas. Se le representaba con la cabeza de galgo.
Hathor: Era la diosa de la crianza, la educación, de la fiesta y de la música. Era representada como una vaca.
Ptah: En los primeros tiempos fue adorado en Menfis como creador del universo.Nut: Era la diosa de la noche y se la representa con forma humana cubriendo a la tierra.
Apis: Era el dios de la agricultura y se representaba con un toro.
Sobek: Era el dios cocodrilo, el dios de la fertilidad.
Culto a los dioses. Se realizaba en los templos, dedicados a los
dioses. A estos se les atribuía las mismas necesidades que a los
humanos. Todas las mañanas los sacerdotes abrían el templo para que el
sol iluminase su estatua y luego se procedía a lavarla, vestirla,
perfumarla, llevarle ofrendas de comida. Se cantaban himnos y se quemaba
incienso (resina aromática) en su honor.
MITO DE OSIRIS: "Osiris se había casado con su hermana Isis y
reinaba sobre los habitantes enseñándoles agricultura, dictándoles su
religión y predicando, con cantos y música, una civilización de dulzura.
Su hermano y rival Seth, un día lo capturó y lo encerró en un cofre que arrojó al Nilo. Posteriormente
recogió el cadáver y lo partió en catorce pedazos que tiró nuevamente
al río. Isis, desconsolada buscó los restos, los reunió a todos. Ayudada
por otros dioses, entre ellos Thot y Anubis, procedió al embalsamamiento. De esta manera quedó constituida la primera momia.
Osiris
se reanimó gracias a los actos mágicos de Thot, Isis y Anubis.
Inscribieron en sus vendas las figuras y las fórmulas, dibujaron los
signos mágicos en el sarcófago, así como las escenas de la vida de
ultratumba que deberá conocer.
En
la puerta del panteón, alguien levanta la momia y se procede al rito de
la apertura de la boca; y los alimentos, como el hálito de vida,
resucitan al dios, que va a continuar su vida después de su corta
estancia en el reino de los muertos, de donde vuelve como el más grande
iniciado."
Momificación. Lleva a una serie de ritos muy complejos. Así los describía el historiador Herodoto en la Antigüedad:”(…) tienen oficiales especialmente destinados a ejercer el arte de embalsamar; los cuales, apenas es llevado a su casa algún cadáver, presentan desde luego a los conductores, unas figuras de madera, modelos de su arte, las cuales con sus colores remedan al vivo un cadáver embalsamado (…) Enseñan después otra figura inferior (…) y por fin otra tercera más barata y ordinaria, preguntan de qué modo y conforme a qué modelo desean se les adobe el muerto; y después de entrar en ajuste y cerrado el contrato, se retiran los conductores. Entonces, quedando a solas los artesanos en su oficina, ejecutan en esta forma el adobo de primera clase. Empiezan metiendo por las narices del difunto unos hierros encorvados, y después de sacarles con ellos los sesos, introducen allí sus drogas e ingredientes. Abiertos después los ijares con piedra de Etiopía aguda y cortante, sacan por ellos los intestinos, y purgado el vientre, lo lavan con vino de palma y después con aromas de los cuales exceptúan el incienso, y cosen últimamente la abertura. Después de estos preparativos, adoban secretamente el cadáver con nitro durante setenta días, único plazo que se concede para guardarle oculto; luego se le faja, bien lavado, con ciertas vendas cortadas de una pieza de finísimo lino, untándole con aquella resina de que se sirven los egipcios en vez de cola. Vuelven entonces los parientes por el muerto, toman su momia, y la encierran en un nicho o caja de madera, cuya parte exterior tiene la forma y apariencia de un cuerpo humano y así guardada la depositaban en un aposentillo, colocándola en pie y arrimada a la pared (…) He aquí el modo más exquisito de embalsamar los muertos (…) El método de que suelen echar mano los que tienen menos recursos se reduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas, y adobar el cadáver, durante los setenta días prefijados restituyéndole después al que le trajo para que lo vuelva a su casa”. Herodoto. Libro I; LXXXVI; LXXXVIII. Se lo acompañaba de estatuas que le podían reemplazar en caso que no se conservara adecuadamente; y de ofrendas alimenticias, así como una copia del “Libro de los muertos”.
Juicio de los muertos. En este juicio se pesan las obras de un hombre para saber si es digno de ir al reino de Anubis. El muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de la sabiduría, Thot. El que fiscaliza todo es Anubis. Este juicio tiene una importancia muy grande ya que es algo inédito en las culturas de la Antigüedad y no volverá a darse nada parecido hasta el cristianismo, que recogerá muchas de las simbologías que utilizaban los egipcios. El juicio de los muertos se representa siempre de la misma manera: está presidido por Osiris, y está asistido por Isis y Neftis. Los tres dioses están rodeados por 42 asesores, los dioses de los distintos nomos. En uno de los lados aparece el difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Llegan al centro de la escena donde hay una balanza; en un platillo se encuentra el corazón del difunto y en el otro una pluma (símbolo de la diosa Maat). Si pesaba más la pluma que el corazón, el difunto es exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si era al revés, el difunto debe ir hacia la Devoradora (mezcla de cocodrilo, hipopótamo y león) para ser consumido. Esta vida sobrenatural estaba reservada al Faraón y a su familia, pero a partir del segundo milenio AC todos podían lograr la inmortalidad. Las tumbas eran individuales o fosas comunes, según el grupo social al que perteneciera el difunto.
Libro de los muertos. Después de la muerte, los egipcios creían que su alma, "ba" viajaría al reino de Osiris para ser juzgada ante su tribunal divino. Para ello el muerto cruzaba un río y pasaba por siete portales custodiados, y debía luchar con serpientes y cocodrilos, mientras dioses malos lo hostigaban. Al final de ese viaje sería juzgado por las obras que había realizado en su vida, eso se sabía pesando su corazón en una balanza manejada el dios chacal Anubis. En uno de los platillos se colocaba el corazón, y en el otro platillo había una pluma. La balanza debía mantener el equilibrio si el hombre había sido bueno, así su alma podría vivir junto a Osiris y gozar de la vida eterna. Pero si los pecados pesaban más, el alma era condenada a ser devorada por un monstruo terrible. Para que el alma pudiera defenderse y justificarse frente al tribunal de Osiris, se colocaba en la momia un ejemplar del Libro de los Muertos, el cual tenía un conjunto de fórmulas que debían recitar antes de ser juzgado. El Libro de los Muertos era uno de los objetos más caros del Antiguo Egipto.
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