sábado, 7 de junio de 2014

Religión egipcia.

El pueblo egipcio fue uno de los más religiosos del mundo antiguo; la religión ocupó todos los aspectos de la vida cotidiana. Adoraban múltiples dioses (politeísmo), divinizaban las fuerzas naturales (naturalismo), los representaban con forma animal (zoomorfismo), o humana (antropomorfismo) y también en forma mixta, mezcla de animal y humana.
Entre los dioses más destacados encontramos al sol, llamado Ra en Menfis o Amon en Tebas. Uno de los dioses más populares fue Osiris que, según la leyenda, fue muerto y despedazado por su hermano Seth. Su hermana y esposa Isis rehízo su cuerpo y le devolvió la vida. Según las creencias, esta fue la primera momia.

 


  Los principales dioses eran: 
Amón: el dios del Sol, se le adoró en Tebas como creador supremo y terminó siendo asimilado a Ra.

Ra: dios del Sol, se representaba frecuentemente como un halcón coronado con un disco solar y sobre este una serpiente.
Osiris: dios de la resurrección, de la fertilidad, de la vegetación y la agricultura; símbolo de la regeneración del Nilo; Osiris preside el tribunal que juzga las personas tras su muerte. Fue asesinado según cuenta la leyenda por su hermano Seth.
Isis: era la esposa y hermana de Osiris, diosa de la magia se la representaba con figura humana coronada por un trono.
Horus: era el hijo de Isis y de Osiris. Se le representaba como un halcón.
Anubis: era el responsable de conducir a los muertos hasta el tribunal divino. Era el dios de la momificación y se lo representaba con cabeza de chacal.
Thoth: Era el dios de la escritura y era representado con cabeza de Ibis o como Babuino.
Maat: era la diosa de la justicia y se la representaba coronada por una pluma.
Seth: Era el dios de los pastores nómadas. Se le representaba con la cabeza de galgo.
 
Hathor: Era la diosa de la crianza, la educación, de la fiesta y de la música. Era representada como una vaca.
Ptah: En los primeros tiempos fue adorado en Menfis como creador del universo.
Nut: Era la diosa de la noche y se la representa con forma humana cubriendo a la tierra.
Apis: Era el dios de la agricultura y se representaba con un toro.
Sobek: Era el dios cocodrilo, el dios de la fertilidad.
 
 Culto a los dioses. Se realizaba en los templos, dedicados a los dioses. A estos se les atribuía las mismas necesidades que a los humanos. Todas las mañanas los sacerdotes abrían el templo para que el sol iluminase su estatua y luego se procedía a lavarla, vestirla, perfumarla, llevarle ofrendas de comida. Se cantaban himnos y se quemaba incienso (resina aromática) en su honor.
 
 
 
MITO DE OSIRIS: "Osiris se había casado con su hermana Isis y reinaba sobre los habitantes enseñándoles agricultura, dictándoles su religión y predicando, con cantos y música, una civilización de dulzura. Su hermano y rival  Seth, un día lo capturó y lo encerró en un cofre que arrojó al Nilo. Posteriormente recogió el cadáver y lo partió en catorce pedazos que tiró nuevamente al río. Isis, desconsolada buscó los restos, los reunió a todos. Ayudada por otros dioses, entre ellos Thot y Anubis, procedió al embalsamamiento. De esta manera quedó constituida la primera momia.
Osiris se reanimó gracias a los actos mágicos de Thot, Isis y Anubis. Inscribieron en sus vendas las figuras y las fórmulas, dibujaron los signos mágicos en el sarcófago, así como las escenas de la vida de ultratumba que deberá conocer. 
En la puerta del panteón, alguien levanta la momia y se procede al rito de la apertura de la boca; y los alimentos, como el hálito de vida, resucitan al dios, que va a continuar su vida después de su corta estancia en el reino de los muertos, de donde vuelve como el más grande iniciado."
Inmortalidad. La muerte era concebida como la separación de los elementos espirituales (Ka y Ba) del cuerpo. El aspecto más original y creativo del pensamiento religioso egipcio fue la creencia en la inmortalidad del espíritu. Deseaban una vida plena, cómoda y agradable tanto en este mundo como en el más allá, de allí su concepción optimista de la vida. Se podía lograr si se conservaba el cuerpo (momificándolo) y el alma pasaba el Juicio de los muertos.

Momificación. Lleva a una serie de  ritos muy complejos. Así los describía el historiador Herodoto en la Antigüedad:”(…) tienen oficiales especialmente destinados a ejercer el arte de embalsamar; los cuales, apenas es llevado a su casa algún cadáver, presentan desde luego a los conductores, unas figuras de madera, modelos de su arte, las cuales con sus colores remedan al vivo un cadáver embalsamado (…) Enseñan después otra figura inferior (…) y por fin otra tercera más barata y ordinaria, preguntan de qué modo y conforme a qué modelo desean se les adobe el muerto; y después de entrar en ajuste y cerrado el contrato, se retiran los conductores. Entonces, quedando a solas los artesanos en su oficina, ejecutan en esta forma el adobo de primera clase. Empiezan metiendo por las narices del difunto unos hierros encorvados, y después de sacarles con ellos los sesos, introducen allí sus drogas e ingredientes. Abiertos después los ijares con piedra de Etiopía aguda y cortante, sacan por ellos los intestinos, y purgado el vientre, lo lavan con vino de palma y después con aromas de los cuales exceptúan el incienso, y cosen últimamente la abertura. Después de estos preparativos, adoban secretamente el cadáver con nitro durante setenta días, único plazo que se concede para guardarle oculto; luego se le faja, bien lavado, con ciertas vendas cortadas de una pieza de finísimo lino, untándole con aquella resina de que se sirven los egipcios en vez de cola. Vuelven entonces los parientes por el muerto, toman su momia, y la encierran en un nicho o caja de madera, cuya parte exterior tiene la forma y apariencia de un cuerpo humano y así guardada la depositaban en un aposentillo, colocándola en pie y arrimada a la pared (…) He aquí el modo más exquisito de embalsamar los muertos (…) El método de que suelen echar mano los que tienen menos recursos se reduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas, y adobar el cadáver, durante los setenta días prefijados restituyéndole después al que le trajo para que lo vuelva a su casa”. Herodoto. Libro I; LXXXVI; LXXXVIII. Se lo acompañaba de estatuas que le podían reemplazar en caso que no se conservara adecuadamente; y de ofrendas alimenticias, así como una copia del “Libro de los muertos”. 



 
 
Juicio de los muertos. En este juicio se pesan las obras  de un hombre para saber si es  digno de ir al reino de Anubis. El  muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de  la sabiduría, Thot. El que  fiscaliza todo es Anubis. Este juicio tiene una  importancia muy grande ya que  es algo inédito en las culturas  de la Antigüedad y no volverá a  darse nada parecido hasta el  cristianismo, que recogerá  muchas de las simbologías que utilizaban los egipcios. El juicio de los muertos se  representa siempre de la misma  manera: está presidido por  Osiris, y está asistido por Isis y  Neftis. Los tres dioses están  rodeados por 42 asesores, los  dioses de los distintos nomos. En  uno de los lados aparece el  difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de  almas". Llegan al centro de la  escena donde hay una balanza;  en un platillo se encuentra el  corazón del difunto y en el otro  una pluma (símbolo de la diosa  Maat). Si pesaba más la pluma que el corazón, el difunto es  exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si era al revés, el difunto debe ir  hacia la Devoradora (mezcla de cocodrilo, hipopótamo y león) para ser consumido. Esta vida sobrenatural estaba reservada al Faraón y a su familia, pero a partir del segundo milenio AC todos podían lograr la inmortalidad. Las tumbas eran individuales o fosas comunes, según el grupo social al que perteneciera el difunto. 


 
 Libro de los muertos. Después de la  muerte, los egipcios creían que su  alma, "ba" viajaría al reino de Osiris para ser juzgada ante su tribunal divino. Para ello el muerto cruzaba un río y pasaba por siete portales custodiados, y debía luchar con serpientes y cocodrilos, mientras dioses malos lo hostigaban. Al final de ese viaje sería juzgado por las obras que había realizado en su vida, eso se sabía  pesando su corazón en una balanza manejada el dios chacal Anubis. En uno de los platillos se colocaba el corazón, y en el otro platillo había una pluma. La balanza debía mantener el equilibrio si el hombre había sido bueno, así su alma podría vivir junto a Osiris y gozar de la vida eterna. Pero si los pecados pesaban más, el alma era condenada a ser devorada por un monstruo terrible. Para que el alma pudiera defenderse y justificarse frente al tribunal de Osiris, se colocaba en la momia un ejemplar del Libro de los Muertos, el cual tenía un conjunto de fórmulas que debían recitar antes de ser juzgado. El Libro de los Muertos era uno de los objetos más caros del Antiguo Egipto.