Al analizar el régimen social
hispanoamericano en los siglos XVI y XVII podemos observar que s erganizó sobre
la convivencia de tres grandes comunidades étnicas: la raza blanca
(españoles y sus descendientes), la raza cobriza (indios) y la raza negra
(africanos). Estos tres grupos no se mantuvieron aislados, entre blancos,
indios y negros se realizó un proceso de mezcla que continúa aún hoy en día.
Esta organización social no se
entiende si no tenemos en cuenta el factor racial. Aquellos que exhibían
rasgos blancos estaban seguros de conservar su situación o mejorarla y en
ningún caso descenderían muy bajo si la suerte les era adversa. En cambio, un mestizo
o un mulato que acusase marcadamente su sangre indígena o negra, tenía vedado
cualquier ascenso.
La poblacion hispanoamericana no
sólo se dividió en grupos raciales sino que, además, se separó en sectores con
distintas condición social, económica y jurídica. a pesar de que estos grupos
variaron mucho con el tiempo y en las distintas regiones de hispanoaerica es
posible distinguir cinco sectores prinipales: la aristocracia española, la
aristocracia criolla, el pueblo (trabajadores de la ciudad, de las minas,
integrada por mestizos y mulatos), los indios y los esclavos. Se organizó
bajo un rígido sistema que distribuía la población en dos grandes grupos
claramente diferenciados y ordenados jerárquicamente: los privilegiados,
blancos peninsulares y criollos, y los no privilegiados, indígenas y
población negra a los cuales se sumó un nuevo grupo, los mestizos,
producto de las uniones legales o ilegales entre las anteriores etnias.
Otra
característica de esta sociedad, vinculada al factor racial, fue su
gran heterogeneidad ya que cada uno de estos grupos fue
considerado distinto desde el punto de vista jurídico; es decir, estaba
sometido a distintas leyes y obligaciones.
Españoles y sus
descendientes en América:
Tampoco todos los
blancos eran considerados iguales. No era lo mismo ser un blanco de
origen peninsular, en el caso de Hispanoamérica el ser
español, que ser blanco pero criollo, es decir, aquellos
que eran hijos o descendientes de españoles, pero que habían nacido en España. Éstos eran
considerados un escalón por debajo de los que habían nacido en América. Aunque
eran iguales en teoría, la realidad mostraba que había una rivalidad entre
españoles y criollos, ya que los más altos cargos políticos, militares y
religiosos eran para los españoles, mientras que los criollos sólo tenían libre
acceso a los Cabildos.
Pero ambos grupos, españoles y criollos, eran
los prestigiosos de la sociedad, y podían administrar las minas de metales
preciosos, y de mercurio, y obtener tierras para establecer sus haciendas o
estancias, las que utilizaban como mano de obra, ya sea la mano
indígenas o esclavos africanos. También se dedicaban al comercio,
exportando metales preciosos, así como también materias primas americanas hacia
Europa, tales como azúcar, cuero y cacao. Aunque, en un porcentaje bastante
menor, también se encontraban sirvientes, asalariados y pobres, especialmente
en zonas menos prósperas como eran el Río de la Plata y Chile, en oposición a
los territorios favoritos de México y Perú.
Aunque básicamente era
mayoritariamente una sociedad masculina, durante el siglo XVI, llegaron a
América aproximadamente 6000 mujeres, es decir, un 10% del total de españoles
que venían a América. Procedían en especial de la zona de Andalucía, y muchas
de ellas, a pesar de humilde origen y debido a la escasez de mujeres
blancas, pasaron a integrar las capas altas de la sociedad. Generalmente fueron
esposas de encomenderos, funcionarios, también fueron amas de llave de
obispos. En los primeros tiempos llegaron mujeres libres, viudas o
solteras que preferían probar fortuna en América, luego se limitó el acceso a
las casadas que iban a reunirse con sus maridos.
Algunas mujeres hasta participaron
activamente en la conquista y la colonización, pero el papel más importante que
tuvo la mujer fue la de transmitir los valores y las costumbres de España.
Enseñó la lengua castellana a los indios, y trasplantó también la forma de
cocinar, adoptando a su vez alimentos americanos, creando nuevos platos y
dulces que permanecen hasta ahora. También impuso formas de
vestir, desde el uso de la ropa interior, hasta la forma de usar un
sombrero, organizar una fiesta, recibir amigos o saludar.
Indígenas:
Constituyeron el sector más numeroso de la población.
Desde el
punto de vista económico, los españoles, aceptaban como un “hecho natural” que
los indígenas debían constituir la mano de obra- gratuita- para la explotación
minera, agrícola o artesanal.
La Corona
asumió la misión de evangelizar a los indígenas. Misión desempeñada por grupos
misioneros de distintas órdenes religiosas (franciscanos, jesuitas).
Situación
jurídica del indígena
1)Esclavizados
(malos tratos, trabajo excesivo, alta mortalidad)
2)Declarados súbditos libres, considerados menores de edad y puestos bajo tutela: de particulares (ENCOMIENDAS), de la Corona (CORREGIMIENTOS O REDUCCIONES) y de la Iglesia (MISIONES)
2)Declarados súbditos libres, considerados menores de edad y puestos bajo tutela: de particulares (ENCOMIENDAS), de la Corona (CORREGIMIENTOS O REDUCCIONES) y de la Iglesia (MISIONES)
Las distintas formas de tutela fueron: ENCOMIENDAS: Eran un privilegio que la Corona
española le otorgaba a un particular, casi
siempre de origen español. El encomendero recibía un grupo de familias indígenas, que eran sacados de sus
pueblos, a quienes el encomendero debía proteger y cristianizar a
cambio de beneficiarse con el trabajo del indígena y el pago de tributos en
especies, como maíz, animales y tejidos. Por su parte, el
español pagaba tributos al Rey y prestaba servicio militar. Las encomiendas
eran concedidas de por vida y hasta 1542 podían heredarse. Durante el
siglo XVI la encomienda fue la forma de explotación del indio más extendida y
algunas de las encomiendas llegaron a tener entre 300 a 800 indios. Pero el
deseo de riquezas rápidas llevó a que el encomendero explotara brutalmente al
trabajador indígena.
El
encomendero debía además, construir una Iglesia, bautizar a los recién nacidos,
dar sepultura a los muertos, enseñar a leer y escribir a los hijos de los
caciques, dar una alimentación suficiente, se reglamentaba el trabajo en las
minas a un máximo de 5 meses y estaban prohibidos los castigos corporales.
Los abusos a los que se llegaron, y a pesar de la
fuerte oposición de los encomenderos, en 1549 se abolieron las encomiendas de
servicio personal, por lo que ahora los indígenas sólo debían parar un tributo.
Pero de todas maneras los abusos continuaron, hasta la abolición definitiva en
1718.
CORREGIMIENTOS: Para evitar las
injusticias de las Encomiendas, la Corona española organizó los Corregimientos. En este caso se
trataba de pueblos indígenas que
estaban bajo la tutela de un corregidor, que era un
funcionario de la corona, por lo que recibía un sueldo por su trabajo.
Aquí los indígenas mantenían la propiedad comunal de sus tierras, y hasta elegían
a sus autoridades; a cambio de esto, debían pagar un tributo (impuesto) a la
Corona de España, lo debían realizar todos los varones entre 18 y 50 años. Este
impuesto era recaudado por el Corregidor. Para resguardar mejor a los
pueblos, se prohibía la entrada en los Corregimientos de españoles, africanos y
mestizos. Esta forma de tutela ayudó a salvar a muchas comunidades indígenas, y
además tenía el propósito de concentrar la población indígena y
protegerla de los terratenientes deseosos de poseer esas tierras.
MISIONES: Aquí los indígenas estaban bajo la
tutela de las órdenes religiosas, las
que pretendían evangelizar, pero respetando a los indígenas, por lo que se
elaboró un catecismo en las lenguas nativas.
Entre las
misiones más famosas estuvo la de los Jesuitas
que llevaron a delante una gran obra en países como Venezuela, Colombia,
Ecuador, Bolivia, y en especial las misiones guaraníticas en Paraguay y partes
del Río de la Plata.
Africanos:
La mayoría
de los esclavos que llegaron en los primeros años de la conquista eran
propiedad de la Corona y debían trabajar en actividades reales. Conocidos como
“negros del rey” eran empleados como mano de obra para la construcción de
obras públicas.
Su precio aumentaba según la tarea que realizaran.
Desde el siglo XV Portugal explotaba la zona de África (Tratado de Tordesillas) y formaron establecimientos en los lugares que eran más accesibles, como en el sur Congo y Angola, y en el norte Níger y Senegal, por lo que la gran masa de esclavos que llegan a América eran de allí. Este tráfico luego sería explotado por holandeses, franceses y especialmente ingleses. Portugal tuvo el monopolio comercial de esclavos en Congo y Angola hasta fines del siglo XIX.
Desde el siglo XV Portugal explotaba la zona de África (Tratado de Tordesillas) y formaron establecimientos en los lugares que eran más accesibles, como en el sur Congo y Angola, y en el norte Níger y Senegal, por lo que la gran masa de esclavos que llegan a América eran de allí. Este tráfico luego sería explotado por holandeses, franceses y especialmente ingleses. Portugal tuvo el monopolio comercial de esclavos en Congo y Angola hasta fines del siglo XIX.
Para obtener esclavos, lo más común era comprarlos a
los jefes que vendían a sus enemigos, también a través de la guerra,
cazándolos o raptándolos, aunque también existía el intercambio de seres
humanos por telas, alcohol, tabaco o armas que les servían para combatir a sus
enemigos y así vender más esclavos a los europeos, los que a su vez los
revendía a América.
Los esclavos eran introducidos en barcos, pero antes
se los marcaba con fuego, y se los colocaba en las bodegas de los barcos,
encadenados
La higiene no existía así como la escasez de agua y
comida, lo que unida al hacinamiento, provocaba enfermedades, por lo que en los
dos meses de viaje, la mayoría no llegaba vivo a América. Los que lograban
sobrevivir, eran alojados en barracas, allí se los revisaba para luego ser
vendidos al mejor postor. La trata de esclavos se centró especialmente en las
zonas tropicales o subtropicales dado a la fácil aclimatación.
Es importante resaltar que no sólo los sectores mineros
adquirieron esclavos, también los terratenientes los utilizaban para trabajar
en las haciendas y plantaciones. Los funcionarios y familias ricas los
tenían como una forma de ostentación y prestigio social, a la vez que los
utilizaban en labores domésticas, así como también en operaciones de préstamo,
hipotecas, permutas y pagos por servicios. También las comunidades
religiosas, cabildos y artesanos adquirían esclavos.
Los esclavos negros fueron empleados en zonas de América en la que la
población indígena había sido aniquilada o no aceptaba trabajar para los
españoles. En las grandes ciudades muchos sirvieron en tareas domésticas.
En la mayoría de los casos, las jornadas laborales eran excesivamente
largas, con una alimentación muy pobre y con una perspectiva de vida que no
llegaba a los 28 años.
La legislación creada para los negros esclavos
sólo prohibía y castigaba, por ejemplo prohibía que los negros portaran
armas, tenían limitaciones para asistir a reuniones y a otros sitios, se les
prohibió la bebida, el baile público, el juego, no podían utilizar cierta
indumentaria ni transitar por la calle luego de determinadas horas de la noche;
durante mucho tiempo se le impidió recibir educación que no fuera solamente la
evangelización.
Publicación que deben de leer para realizar la
ficha.
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El amo tenía derecho a venderlo, prestarlo o
alquilarlo, los únicos derechos del esclavo africano era el derecho a la
vida, derecho a tener un nombre y a casarse. Además su amo no podía mutilarlo,
y tenía la obligación de alimentarlo y vestirlo.
Bajo algunas
circunstancias, algún esclavo podía recuperar su libertad, convirtiéndose en
libertos, lo que le permitió mejorar un poco su situación.
Mestizos.
El mestizaje
entre la población blanca y la indígena fue muy intenso. El escaso número de
mujeres, en la primera etapa de la colonización, llevó a uniones entre
españoles y mujeres indígenas. Casi siempre uniones ilegítimas.
La situación
legal de los mestizos era incierta. Heredaban por lo general la condición de la
madre (indígena o esclava). No estaban protegidos por leyes como los
indígenas ni disfrutaban las libertades de los blancos. No podían portar armas,
ni integrar el sacerdocio, ni algunos oficios, ni como funcionarios de la
Corona.
La mayoría
de los mestizos se integraron a la vida en las ciudades, realizaron trabajos
independientes o asalariados.
Pero estas
restricciones se fueron dejando de lado a medida que la población mestiza
crecía sin cesar, por lo que a su vez el término mestizo empieza a perder
prestigio, es un grupo del que se desconfía. Al mismo tiempo, al perderse la
identidad paterna resultaba difícil establecer quién era mestizo y quién no lo
era. Con sólo observarlos era difícil distinguir a quién era indio,
mestizo o mulato. Se podía solicitar a las Audiencias certificados de pureza
de sangre, en los que se consideraba blancos a los individuos que tenían
1/8 de sangre india o un 1/16 de sangre negra. Cómo establecían estos porcentajes
es difícil de responder, pero mediante una suma de dinero se dispensaba la
calidad de pardo (mulato) o quinterón (grado de mulatez). También la ambigüedad
del mestizaje se plasma en las sentencias emitidas por las Audiencias en las
que se certifica que una persona: "se tenga por blanco".