Problemas de la Rusia de los Zares
El
problema revolucionario que convulsiona Rusia desde los primeros años
del siglo XX y que culmina en 1917 es un acontecimiento crucial que
marca la historia europea y mundial de nuestro tiempo.
Comprender
la Revolución Rusa exige remontarse algunos años de su fecha clave,
1917, y examinar los problemas estructurales de la Rusia Zarista.
- Hacia 1900 era el mayor Estado del mundo:
o 22 millones de Km. Cuadrados
o Gigante demográfico 125 y 140 millones de hab.
Podriamos señalar 4 problemas principales:
Problema Nacional:En
el inmenso imperio que se extendía por dos continentes convivían más de
150 pueblos, que hablaban múltiples lenguas y profesaban diversas
religiones. El núcleo central en torno a Moscú, correspondía al grupo
étnico de los “grandes rusos”, configurador de la entidad histórica del
Estado, era el de mayores dimensiones 55 millones de hab. (Censo 1897).
Los seguían los ucranianos o pequeños rusos con algo más de 22 millones y
con censos más reducidos los bielorrusos o rusos blancos, los eslavos
bálticos, los polacos, etc. En las regiones periféricas vivían pueblos
inmigrados o absorbidos por el proceso de expansión imperial del
zarismo, como los rumanos de Besarabia, griegos del mar negro, además de
alemanes del Volga medio, demarcación étnica establecida por Catalina
La Grande. Mayores problemas reasimilación se planteaban con los
musulmanes que poblaron las regiones meridionales europeas y asiáticas y
desde el punto de vista social, la integración de los judíos alrededor
de 5 millones según los cálculos censales, muchos más según algunos
demógrafos. Para mantener cohesionado este mosaico el zarismo procedió a
adoptar medidas de rusificación forzada, de aquí que varias veces se
calificara a Rusia como una “cárcel de pueblos”.
Cisis Económica:Durante siglos, el particularismo feudal impidió cualquier apertura económica
moderna en la Rusia de los zares, dejando a la burguesía un espacio
económico que imposibilitaba su propio desarrollo como clase.
La emancipación de los siervos, en 1861, liberó enormes masas
humanas que posibilitaron el crecimiento económico y el desarrollo
del capitalismo. De hecho, es a partir de 1861 cuando Rusia entra en la
etapa capitalista y empieza a superar su atraso ancestral.
Entre 1861 y 1914 se produce el mayor desarrollo económico en cientos
de años, cambiando la radiografía del país. En 1861,
sólo existían el 15% de las empresas industriales que funcionaban
en 1905. Entre 1881 y 1900 se crearon el 61% de las mismas.
En 1767, Rusia produjo 163.000 toneladas (ton.) de acero. Unos cien años
más tarde, en 1886, esta producción sólo había
llegado a 311.000 ton. En 1896, sólo diez años después,
ascendió a 1,6 millones de ton. Y en 1904 alcanzó los 2,9
millones de ton. Entre 1905 y 1914, Rusia dobló su producción
industrial.
Sin embargo, este colosal desarrollo no rompió el retraso respecto a
otros países. En vísperas de la guerra, en la cumbre de
su prosperidad, la renta nacional de la Rusia zarista era de ocho a diez
veces inferior a la de Estados Unidos y sólo tenía 0,4 km.
de líneas férreas por cada 100 km²., frente a los 11,7
de Alemania o los 7 de Austria-Hungría.
La clave de este atraso radica en el predominio del campo sobre la ciudad y
el mantenimiento de relaciones casi feudales en el campo —a
pesar de que en 1861 se procediera con gran retraso a la emancipación
de los siervos—; en la debilidad de la burguesía
nativa y del naciente capitalismo ruso y la dependencia exterior; y en
el oscurantismo del régimen absolutista, que impedía el
libre desenvolvimiento de la vida cultural y política.
El problema agrario
Rusia tenía una economía eminentemente agraria. La agricultura
emplea aproximadamente el 61% de la fuerza laboral del país. Sin
embargo, la renta que producía estaba muy por debajo de la renta
nacional rusa, que ya por sí era muy baja comparada con los países
europeos. Esta desproporción respecto a la renta nacional se debía
a la baja productividad del campo ruso.
A esta baja productividad se une la desigual distribución de la tierra.
En la Rusia europea —ya que no había datos
fiables de Siberia y la parte asiática— el
total de las tierras alcanzaba los 240 millones de deciatinas.
A esto había que añadir que las tierras de los grandes propietarios
eran las de mejor calidad, y por tanto, las más productivas. Mientras,
la propiedad de una familia campesina no sólo no cubría
sus necesidades mínimas, sino que además les representaba
una durísima carga debido a los altos impuestos que tenían
que pagar.
Así, es lógico que los campesinos perdieran el 36% de su propiedad
desde la emancipación de 1861 hasta 1905 a manos de los terratenientes
y los bancos. En este elocuente dato vemos el fracaso de la reforma tardía
de 1861.
La escasa productividad, fruto del retraso de la revolución industrial
y del bajo nivel de desarrollo tecnológico, y la desigual distribución
de la tierra, son la causa fundamental de la pobreza del campo ruso; es
decir, de la pobreza y la miseria de la gran mayoría de la población.
La dependencia exterior
El carácter de las clases capitalistas se halla estrechamente unido a
la historia del desarrollo de la industria y de la ciudad. En el censo
de 1897, la población de las ciudades rusas era de 17,3 millones
de personas, el 13% de la población total. Fuera de las ciudades
se localizaba el 57% de las empresas y el 61% de la fuerza laboral.
El peso cuantitativo de la ciudad y la industria era, como se ve, inferior al
campo. Sin embargo, su peso cualitativo en la renta nacional era muy superior:
de 6.000 a 7.000 millones de rublos por año.
Esto era debido al gran desarrollo industrial que aconteció en Rusia
en el último tercio del siglo pasado. No fue un desarrollo endógeno,
sino exógeno, producto de las inversiones extranjeras.
Aunque protegida por las fuertes protecciones aduaneras que estableció
el régimen zarista, Rusia es objetivo de suntuosas inversiones
por parte de los grandes capitales europeos debido a la masiva mano de
obra barata y a la riqueza energética que poseía.
El capital extranjero no sólo trajo el dinero necesario para el despegue
tardío de la industria rusa sino también la tecnología
y la organización del trabajo. Así, tenemos cómo
en un país mayoritariamente agrícola y atrasado se ponen
en marcha las industrias más modernas de aquel entonces.
Este desarrollo desigual y combinado, propio de los países atrasados
como Rusia, hizo posible un gran fortalecimiento de la clase obrera industrial.
Mientras que las empresas de más de mil trabajadores concentraban
en Estados Unidos al 17,8 % del proletariado industrial, en la Rusia zarista
aglutinaban al 41,4 %. En la zona de Petrogrado esta concentración
era del 44,4 % y en la región de Moscú del 57,3 %.
Las estadísticas demuestran que se duplicó las superficie dedicada al
trigo y la patata entre 1900 y 1910, y que en ese período creció un 40 %
la producción industrial. Pero este aumento no repercutía en el consumo
popular, que en cambio menguaba en los años de crisis. La influencia de
los productos alemanes y la culminación del transiberiano produjeron
paro y hambre. Entre 1900 y 1904 aumentaron las revueltas campesinas y
reiniciaron en los centros urbanos huelgas, que jugarían un papel
determinante en la suerte de la revolución. En 1903 doscientos mil
obreros se enfrentaron a las compañías petrolíferas en el primer ensayo
de movilización popular.
Autocracia Política.
Aunque la revolución industrial había sido tardía, hacia 1913 Rusia
presentaba un mapa económico con varias regiones industriales. Por eso
parece sorprendente que en el plano político no hubiera adoptado ninguna
medida modernizadora. Era un régimen absoluto, detentado por la
autoridad omnímoda del Zar. No existían partidos políticos, elecciones,
parlamento, libertad de prensa, ni carta de derechos que pudiera
llamarse Constitución. Carente de educación política, Nicolás II
respondía con recursos policiales severos ante cualquier demanda
popular.
Crisis Social.
En lo alto de la pirámide social de la Rusia zarista se hallaba
el zar y su familia. El zar era el principal terrateniente del país
y el máximo jefe militar. El zar era también el principal
representante de la nobleza.
La nobleza estaba compuesta por 60.000 familias que no alcanzaban en conjunto
el medio millón de seres; es decir, el 0,4 % de la población.
La nobleza explotaba propiedades agrícolas, fundamentalmente. La
alta nobleza terrateniente, unas 16.000 familias, menos del 0,1% de la
población, era propietaria de más del 25 % de la tierra.
Y de ellas, unas mil familias poseían el 12 % de la tierra.
La reforma de 1861 no perjudicó ni dañó sus intereses,
ya que los nobles se desembarazaron de una servidumbre muy ociosa e improductiva
—la mayoría de los nobles empleaba ya trabajadores
asalariados— recibiendo cada año de los campesinos
250 millones de rublos en concepto de pagos de rescate, lo que en gran
parte originó la ruina y el empobrecimiento de millares de familias
campesinas.
Los nobles, además, controlaban los puestos claves de la estructura de
mando del ejército —la inmensa mayoría
de los oficiales del ejército eran de origen noble—,
los cargos y puestos burocráticos de la administración local
y central y hasta la jerarquía ortodoxa eran de origen noble. De
hecho, el padre del fundador de la dinastía de los Romanov, Miguel
III, era el patriarca de Moscú.
La nobleza contaba así con tres importantes armas: el ejército,
la Iglesia y la administración del estado. El primero encuadraba
a un millón de hombres en tiempos de paz, multiplicándose
por diez esta cifra en tiempos de guerra. El mantenimiento del ejército
y la marina imperial consumía una parte considerable del presupuesto.
La Iglesia y los municipios poseían en conjunto 8,8 millones de deciatinas,
más que la familia imperial. Además, la iglesia controlaba
el sistema educativo y ejercía una gran influencia en la población
iletrada, que era mayoritaria.
La posición política de los nobles era contraria a cualquier apertura
que implicara la más mínima pérdida de sus privilegios.
En palabras del Conde Saltikov, representante en la I Duma:
"¡Ni
una pulgada de nuestras tierras, ni un grano de arena de nuestros campos,
ni una brizna de hierba de nuestros prados, ni una rama de nuestros bosques!".
La burguesía capitalista rusa era muy débil y minoritaria, pero
creció enormemente entre 1861 y 1914 debido al desarrollo económico.
Sin embargo, estaba en una posición dependiente y subordinada al
capital extranjero. Su poder económico e influencia política
creció en ese período, aunque no lo suficiente para representar
una amenaza seria para la autocracia zarista. Además, tanto la
burguesía financiera como la industrial y comercial tenían
vínculos importantes tanto con el capital extranjero como con la
nobleza y el estado.
Gran parte de las ganancias obtenidas por la burguesía en sus negocios
bursátiles e industriales fue invertida en la compra de propiedades
agrícolas a los nobles, con lo que junto a la nobleza terrateniente
anclada en el feudalismo fue apareciendo una nueva capa de propietarios
capitalistas.
El partido que representaba los intereses del ala liberal de la burguesía
era el Partido Constitucional-Demócrata. Este partido quería
la liquidación del absolutismo y la promulgación de una
Constitución liberal que implantara una monarquía parlamentaria.
El principal líder de los cadetes era Miliukov.
Junto a los capitalistas se desarrolló una "clase media" urbana
compuesta por los profesionales de la inteligencia (abogados, periodistas,
médicos, ingenieros, catedráticos,...) que, en comparación
con las clases humildes, gozaba de un decente nivel de vida.
Sin embargo, un importante sector se dedicó a la instrucción de
los campesinos mediante los zemstvos (consejos rurales, una especie de
ayuntamientos con poderes muy limitados), tomando conciencia del problema
campesino y uniéndose a las filas de los eseristas.
El campesinado, la pequeña burguesía agraria, era la clase mayoritaria.
No hay datos precisos, pero se habla de entre diez millones y doce millones
de familias campesinas, casi dos tercios de la población.
No era una clase homogénea. Había un pequeño sector de
campesinos ricos que estaba vinculado económicamente a los grandes
propietarios, ya fueran nobles o burgueses. Otro sector explotaba propiedades
de tipo medio que normalmente tenían trabajadores a su cargo. Un
amplísimo sector explotaba pequeñas parcelas de carácter
familiar totalmente inviables desde un punto de vista económico.
El partido más representativo de la clase campesina era el Partido
Social-Revolucionario ("eseristas"). Los eseristas era un partido
revolucionario campesino que quería la confiscación de las
tierras y su entrega, previa indemnización, a los campesinos, el
llamado "reparto negro", el reparto igualitario de la tierra.
Los eseristas estaban divididos en dos tendencias: la derecha, mayoritaria,
liderada por Kerenski, Chernov y Avxéntiev, eran
"representantes
de los campesinos ricos, de los intelectuales y de las capas políticamente
atrasadas de la población de las zonas rurales" (Diez
días que conmovieron al mundo. John Reed). La izquierda, liderada
por Spiridónova, representaban a los campesinos pobres.
Con la revolución, las dos fracciones constituyeron partidos separados.
El ala izquierda pronto fue superior en número e influencia y se
unieron a los bolcheviques en los primeros gobiernos revolucionarios.
Según el censo de 1897, había 9,4 millones de asalariados. Contando
a sus familias, el 27,6 % de la población. De ellos 2,1 millones
eran improductivos (criados, porteros, ordenanzas, etc.). Los jornaleros
del campo, los artesanos, los pescadores, etc, alcanzaban cuatro millones.
Los 3,3 millones de trabajadores restantes (minas, bienes de equipo, ferrocarriles,
construcción y comercio) constituían el corazón del
proletariado y producían la mitad de la renta nacional rusa.
La clase obrera rusa —en particular el último sector— estaba
bastante concentrada en torno a las ciudades de Petrogrado y Moscú,
lo que facilitó la extensión de las ideas marxistas. El
principal partido obrero era el POSDR (Partido Obrero
Socialdemócrata
Ruso), de ideología marxista. El término socialdemócrata
en aquella época equivalía a socialista y revolucionario.
El Primer Ensayo. La Revolución de 1905.
La guerra contra Japón revivió algunos fenómenos sociales.La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 se convertiría en el detonante de
la protesta popular contra el régimen. Este conflicto se produjo por el
choque bélico de dos imperios en expansivos en Manchuria. Baste decir
que las sucesivas derrotas terrestres y navales, primero de la flota del
Pacifico y después la del Báltico, la incapacidad bélica del ejercito
Zarista y la insuficiencia de la red ferroviaria para el traslado de
tropas y materiales. Tras la derrota al firmarse la paz de Portmouth ,
arreció la protesta popular. Uno de posrevolucionarios más lúcidos,
Trotski, anotó la importancia que tendría en el futuro, para derribar al
zarismo, la explotación de una guerra y una derrota.
a)
El Terrorismo. A lo largo de 1904 se reanudó la actividad terrorista
del partido socialista revolucionario.., y como respuesta de la
represión gubernamental, piloteada por el ministro del interior Plebe,
asesinado a mediados de julio.
b) Se incrementaron las demandas de Apertura Política por parte de los zemstvos, asambleas de distrito.
c) Se multiplicaron las huelgas las de diciembre en Bakú, Moscú y San Petersburgo agravaron la tensión.
Tras un otoño lleno de movilizaciones, el 3 de enero de 1905 estalla
la huelga en la fábrica Putilov. El 7 el número de huelguistas
se eleva a 140.000. El 9, una multitud de obreros liderados por el cura
Gapón marchó pacíficamente al Palacio del Zar para
entregarle una súplica. El ejército salió al paso.
La matanza del domingo sangriento fue el inicio de la revolución. La
huelga se extendió a 122 ciudades y reinó en el país
por espacio de unos dos meses. Tras el 9 de enero, la revolución
no conoce descanso. En junio los marineros del acorazado Potemkim se sublevan.
En septiembre comienza una nueva oleada de huelgas. En octubre los ferroviarios
se unen a la huelga y paralizan el país. Los soviets se generalizan
por todo el país. Esta vez el zar cede y coloca al conde Witte
al frente del gobierno el cual promete la elección de una Duma.
La huelga se difumina.
En noviembre, alejada ya la amenaza revolucionaria, el régimen hace detener
al Soviet de Petrogrado, que actúo como líder del movimiento
revolucionario.
La revolución de 1905 constituyó una fuente inagotable de lecciones
para toda la sociedad rusa. El POSDR que actúo unido durante toda
la revolución se unificaría en el Congreso de 1906, donde
se establecerían tres concepciones diferentes de la revolución
unidas a tres grandes dirigentes: Plejanov, Lenin y Trotsky.
De 1905 a la guerra mundial
En junio de 1906 se reúne la I Duma del Estado, con mayoría cadete,
que solicita un verdadero régimen parlamentario. El nuevo primer
ministro, Stolipin, intenta tras una reforma agraria crear una clase media
campesina (kulaks), para impulsar la economía del país.
Las reformas acaban con el sistema de los mir y producen una mayor concentración
parcelaria que incrementa el proletariado agrícola, lo que aumenta
la influencia de los partidos socialistas en la II Duma.
Mientras, el movimiento iniciado en 1905, agotado en la capital, se extendía
por todas las aldeas. Debido a las continuas huelgas y agitaciones sociales,
se modifica el sistema electoral, eligiéndose la III Duma (1908)
de orientación autocrática, llamada de
"los señores,
popes y lacayos". La corte del zar es dominada ahora por el llamado
"enviado de Dios", el campesino siberiano
Rasputín
(Grigori Yefimovich Rasputín), que ejerce una nefasta influencia
en la zarina.
El desastre de la guerra
Al estallar la primera guerra mundial (1914), Rusia no estaba preparada para
una contienda larga. El ejército zarista carecía de todo:
armamento moderno, medios de transporte, eficaces cuadros de mando, tácticas
adecuadas, una red logística...; menos de hombres.
Rusia se vio implicada en una guerra imperialista en la que no podía
jugar ningún papel decisivo, más que el de comparsa de sus
aliados occidentales dueños de gran parte del país. Por
ello, el soldado ruso no sabía por qué causa tenía
que morir en el frente. Muy pronto, esta falta de motivación y
las deficiencias del ejército hicieron que el frente se desplomara
y los alemanes ocuparan las provincias de Polonia y Lituania.
Los soldados carecían no sólo de armas, sino de botas. Los víveres
escaseaban. En este contexto, la disciplina militar tendía a quebrarse.
Los desertores se contaban por miles. Las unidades militares existían
sobre el papel, pero en realidad no eran otra cosa que una gran masa humana
mal alimentada, enferma, indisciplinada y peor dirigida.
Los guerra desorganizó la economía y las tiendas estaban vacías.
Faltaban los alimentos indispensables. El pueblo tenía hambre.
Las huelgas se generalizaron. A los gobernantes no se les ocurrió
otra cosa que enviar a los huelguistas al frente como castigo. Esta medida
lo único que consiguió fue poner en contacto a los obreros
revolucionarios con la amplia masa de soldados que en su gran mayoría
eran campesinos atrasados. Las ideas revolucionarias prendieron con rapidez.
Se organizaron soviets y en el ejército sólo se hablaba
ya de paz.
La revolución burguesa de febrero
Estando la mayoría de los hombres jóvenes en el frente
eran las mujeres y los hombres más maduros los que se ocupaban
de las tareas productivas. El porcentaje de mujeres empleadas en la industria
era del 40 %. El día internacional de la mujer, 23 de febrero —8
de marzo, en el calendario gregoriano que se sigue en Occidente—,
comenzó la revolución. Las mujeres de la barriada obrera
de Viborg, en
Petrogrado, decidieron ir a la huelga. Nadie las
convocó. Lo decidieron en asamblea. Sus maridos, sus hijos, sus
novios morían en el frente más de hambre y frío que
por las balas alemanas. En la ciudad no había alimentos. Los niños
pedían pan. Y cuando eso ocurre nada ni nadie puede parar a una
madre.
La izquierda, incluso los bolcheviques —mayoritarios en
Viborg—, que había aconsejado no ir a la huelga
y esperar, se vieron sorprendidos por la fortaleza del movimiento: 90.000
obreras tomaron las calles al grito de
"pan, paz, libertad"
y los cosacos, las tropas más leales al régimen, se negaron
a disparar.
El estado zarista no sólo no tenía tropas que reprimieran el movimiento,
sino que además las tenía ya en contra. La escuadra del
Báltico se sublevó y los marinos fusilaron a los oficiales.
Hasta la Guardia personal del zar se sublevó. La huelga de las
obreras se convirtió en huelga general y de ahí se pasó
a la insurrección. Los partidos de izquierda, mencheviques, social
revolucionarios y bolcheviques, sobre todo, se pusieron al frente del
movimiento y junto a los regimientos sublevados se apoderaron de toda
la ciudad y detuvieron al Gobierno.
El zar, reunido con sus asesores, pensó en un cambio de gobierno para
detener la revolución. Pero el reloj político del zar iba
muy atrasado. La revolución contaba en horas y días. El
zar en semanas y meses. Toda la burguesía, los generales de los
frentes de guerra y gran parte de la nobleza le aconsejaron la abdicación
en favor de su hijo o su hermano. Pero, cuando el zar se decidió
a hacerlo fue bastante tarde. Para entonces las masas pedían la
república.
La Aportación Teórica de Lenin.La
Revolución Rusa de 1917 no hubiera sido posible o hubiera sido
radicalmente diferente sin el aporte teórico de Lenin sobre el
pensamiento de Marx. Vladimir Ilich Ulianov había nacido en 1870 en una
pequeña aldea a orillas del Volga. Tenía 17 años cuando fue ejecutado
uno de sus hermanos por participar en un complot contra el Zar. Este
acontecimiento lo convenció de que había pasado el tiempo de las
acciones individuales y era preciso recurrir a los movimientos de masas.
Durante su época de estudiante en Kazan y San Petersburgo se inicia en
el Marxismo y emprende una activa propaganda entre los obreros. En 1900
tiene que abandonar Rusia y moverse entre los grupos emigrados. Su
regreso en el año 1917 fue, con casi total seguridad, facilitado por una
maniobra Mayor del Estado Alemán, que lo envió con otros dirigentes
socialistas en un vagón sellado, para suscitar en el interior de Rusia
un movimiento pacifista, del que los socialistas habían sido los
abanderados. Durante la guerra escribe dos obras fundamentales”el
Imperialismo estadio supremo del capitalismo (1916) y El Estado y la
Revolución (1917). Lenin considera que las ideas de Marx se han
elaborado en otras circunstancias históricas “No consideramos las
teorías de Marx como algo definitivo e intangible” Marx ha conocido el
capitalismo en el marco de a primera revolución industrial, en la que
los aspectos financieros son poco decisorios frente a los técnicos.
En
su libro “El Imperialismo estadio supremo del capitalismo” Lenin estima
que el capitalismo ha pasado de la forma industrial a la forma
financiera, y de ese modo a la lucha de clases se ha añadido la lucha
política entre los Estados (guerra por los mercados, materias primas,
colonias, etc.). Formula por lo tanto un planteamiento mundial de las
contradicciones del capitalismo. Así modifica ciertos teoremas
marxistas. Ya no es la base revolucionaria el proletariado de los países
ricos, cuyo nivel de vida les hace abandonar las banderas
revolucionarias – a un capitalismo podrido corresponde un socialismo
podrido -, sino el proletariado de los países atrasados.
Ha de
comenzarse la revolución en un país pobre, que a escala mundial pueda
considerarse un país proletario, pero que al mismo tiempo posea cierto
grado de industrialización, masas obreras. Explica con este
planteamiento la posibilidad de la Revolución en Rusia. Al principio
Lenin esperó que se produjera la revolución en Alemania, por la fuerza
que había adquirido el socialismo en esta gran potencia industrial, pero
luego centró sus esperanzas en Rusia. Esta rusificación, por así decir,
de la Revolución social, es la primera aportación de Lenin.
La
segunda se ciñe a su estrategia de la revolución. Un proceso
revolucionario no es algo fatal - Lenin entiende que se ha exagerado el
fatalismo de Marx – sino algo que se prepara, como una guerra; el
determinismo cede ante el voluntarismo. Lenin supera a sus maestros del
siglo XIX en tres puntos decisivos:
El papel del Partido. Marx y
Engels habían hablado del movimiento proletario, en general. Lenin
subraya la importancia del partido, “vanguardia del proletariado”,
cohesionado con una fuerte disciplina.
El Papel de los
Intelectuales. Se había llegado a afirmar en algunos movimientos
socialistas europeos que los obreros, sin ayuda, realizarían la
revolución. Lenin cree que solo los intelectuales son suficientemente
dialécticos para captar las interrupciones de la acción que imponen las
circunstancias de lucha social; su aportación es imprescindible.
El
papel de los Campesinos. Marx los consideraba ejemplos de
embrutecimiento, masas propensas al reaccionismo. Los narodniki
(populistas) rusos lo habían, en otro extremo, idealizado; para ellos
eran los campesinos la única base revolucionaria. Lenin es menos
idealista que los narodniki, pero consideraba necesario su apoyo: El
verdadero éxito de la Revolución Rusa comenzará verdaderamente cuando la
masa campesina, caminando al unionismo con el proletariado, asuma un
papel revolucionario activo,” escribe en 1905.
La Revolución Burguesa: Febrero de 1917
Las
penalidades de la guerra y el deficiente abastecimiento de Petrogrado
van a derribar al Zarismo en cinco días. El 23 de febrero se inician
manifestaciones masivas de mujeres, solicitando “la paz y el pan” con
gritos de “abajo la autocracia” Los días siguientes aumentaron las
manifestaciones sin que el Zar les de importancia, considerando de que
se trata de un movimiento reducido a la capital y que dispone de una
guarnición numerosa para restablecer el orden. Los dirigentes zaristas
no tienen en cuenta un hecho esencial; las tropas son en gran parte de
reciente reclutamiento, poco propensas a ejercer violencia sobre el
pueblo en la noche del 26 al 27de febrero los soldados se amotinan y
fusilan a los oficiales. Ya de día obreros y soldados confraternizan, se
liberan a los prisioneros políticos y se constituyen comités Soviets.
Kerenski apoya al soviet de Petrogrado, en su periódico lanza una
llamada al país para que todos los ciudadanos rusos “emprendan a lucha
contra el zarismo, formen soviets, asuman la gestión de los asuntos
locales y reúnan una Asamblea Constituyente”.
Un estallido
espontáneo de las masas expresadas por la escasez ha sorprendido a las
autoridades zaristas, pero también a los partidos revolucionarios, que
no saben reaccionar. Se establece un Gobierno Provisional presidido por
el príncipe Lvov, sin el consentimiento de Nicolás II; los socialistas
moderados apoyan a este gobierno; Lenin hablará mas tarde de entrega del
poder a la burguesía, de una ocasión perdida. En este momento el zar
carece de toda autoridad, y es abandonado por el ejército. Se establece
un doble gobierno: el provisional, constituido por los diputados de la
duma y los soviets, que se afanan en conseguir el control de los centros
de comunicaciones y estimulan la aparición de nuevos soviets en otros
lugares de Rusia. El gobierno provisional toma tres decisiones:
- Convocar una Asamblea Constituyente
- Conceder una amnistía
- Continuar con la guerra
En
el soviet de Petrogrado tienen una fuerte participación los
mencheviques, los cuales según el testimonio de Trotski, solo ansiaban
en ese momento construir la oposición de la futura Asamblea
Constituyente. Los bolcheviques estarán al margen en las primeras
semanas, pero esto evitó su desgaste y propició su mayor influencia
posterior; antes de la llegada de Lenin se sienten desconcentrados, en
una postura blanda, que se limita a presionar sobre el gobierno.
Nicolás
II abdica el gran Duque Migue, pero este tras algunos titubeos
renuncia, a la expectativa de lo que decida la Asamblea Constituyente.
La noticia de la doble abdicación provoca una explosión de alegría en
toda Rusia. Oradores improvisados, regreso de exiliados, entusiasmo
popular. Millares de cartas, mensajes y telegramas son remitidos al
Soviet de Petrogrado a Kerenski y a la duma, escritos que se constituyen
en auténticos cuadernos de quejas de la Revolución Rusa. Los obreros
piden el programa mínimo de la socialdemocracia: jornada de 8 horas,
seguridad en el empleo, formación de comités de fabricas. Las
reivindicaciones de los campesinos son más radicales: propiedad de la
tierra que trabajan, distribución gratuita de todas las grandes
propiedades abandonadas. Los soldados solicitan unánimemente el fin de
la guerra, que se conceda una pensión a sus esposas y una indemnización a
los heridos y mutilados.
La burguesía que se había adueñado del
poder no esta en condiciones de atender toda esta lista de
reivindicaciones de obreros, campesinos soldados y los pueblos alógenos
que pedían autonomía o la instalación de una república federal.
Según
M.Ferro “En febrero el gobierno y los soviets se mantienen en
equilibrio: el primero tenía el poder sin la fuerza, el segundo la
fuerza sin el poder”
Lenin llega a San Petersburgo el 3 de abril y
critica la postura blanda de colaborar con el gobierno, que es
defendida por Kaménev. En las “Tesis de Abril” Lenin sostiene la
necesidad de pasar a la segunda etapa, el rechazo del gobierno
provisional y su decisión de proseguir la guerra. En la conferencia del
partido de toda Rusia, triunfa la postura de Lenin y se adopta la
consigna “Todo el poder a los Soviets”.
En mayo el gobierno
modifica su composición, dando entrada a socialistas que representan a
los soviets. En junio el congreso de los soviets, inspirados por los
Bolcheviques, da un paso más, no acepta la gestión gubernamental; su
comunicado es una declaración de guerra contra el gobierno.
Desde
Febrero a octubre la revolución de 1917 no ha sido un movimiento
lineal, las crisis de abril, julio, setiembre, lo han acelerado o
frenado. Solo los obreros y los soldados participan en la toma del poder
en octubre. El fermento han sido los bolcheviques o más exactamente un
embrión de estado proletario que se ha radicalizado, bolchevizado por la
prosecución de la guerra y por la falta de soluciones del régimen de
febrero.
La revolución bolchevique. Octubre de 1917En
setiembre se han enfrentado dos sectores de Rusia. Kornilov representa a
millones de de hombres que colocan por encima de todo la defensa
nacional; Kerenski a los millones de hombres que están dispuestos a
defender la revolución política, ya realizada con el derrocamiento de
los zares, contra los enemigos de fuera y de dentro. Lenin representa al
tercer sector, decidido a apoderarse del poder para realizar la
revolución social. Para comprender su triunfo en octubre es necesario
tener en cuenta dos fenómenos:
El nacimiento de un embrión de estado
proletario – de hecho – con el hundimiento de las instituciones
Zaristas. El llamamiento del soviet de petrogrado en febrero ha cubierto
a Rusia de comités y de centenares de sindicatos, se han formado
milicias obreras, millones de solados se han emancipado. El soviet de
petrogrado se ha convertido en la cabeza indiscutida de esta ebullición
nacional.
El apartamiento de la derecha y de su fuerza militar de
cualquier relación con el gobierno de Kerinski, a partir, del fracaso y
detención de Kornilov. Los batallones cosacos, que consideraban a
Kornilov como su caudillo, se niegan a disparar en octubre, por que les
es indiferente lo que pueda ocurrirle al gobierno de Kerenski.
Para
oponerse a la reacción militar derechista el gobierno provisional ha
tenido que llamar a todas las fuerzas populares, incluso los
bolcheviques, quienes de esta manera salen de la semiclandestinidad en
que se encuentran desde julio. Lenin ve la situación con toda claridad,
privado del apoyo del ejército, el gobierno no puede, como en julio
reprimir un levantamiento de las fuerzas populares.
El 9 de
octubre Lenin llega a Petrogrado y al día siguiente, en una reunión del
comité central bolchevique, se decide por 10 votos contra 2 iniciar la
insurrección armada. Seis días después se crea en el seno del soviet de
petrogrado un comité militar revolucionario, dirigido por Trotski.
La
noche del 24 de octubre Lenin se instala en el instituto Smonly, sede
del soviet de Petrogrado y del comité central bolchevique para dirigir
las operaciones. El 25 de octubre las fuerza bolcheviques entran en
acción y ocupan puntos estratégicos de la capital, sin derramamiento de
sangre. El acorazado Aurora apunta sus cañones sobre el palacio de
Invierno donde esta reunido el gobierno, al que fallan sus resortes
militares, no llegan los refuerzos. Kerenski huye y otros miembros del
gobierno son detenidos. El soviet de petrogrado y su comité militar
revolucionario han organizado una victoria casi incruenta y lanzan un
manifiesto la tarde del 25 de octubre.
La revolución se había
hecho bajo la consigna todo” el poder a los soviets”, pero realmente no
van a ser los soviet los que controlen la situación, sino solamente uno
de sus sectores, el más audaz y el más preparado, los bolcheviques.
Todos
los testimonios de la época rinden tributo a la energía de Trotski en
esos momentos decisivos, pero la estrategia suprema de la revolución
había sido dirigida por Lenin; figura indiscutible que preside el primer
comité de comisarios del pueblo, en que son nombrados además entre
otros Trotski (Asuntos Exteriores), Rikov (interior), Lunachardski
(Educación Nacional) y Stalin (comisariado de nacionalidades).