lunes, 7 de septiembre de 2015

Una redacción personal de José Gervasio Artigas.



La consigna era realizar una redacción libre, que respetara las reglas de ortografía y sintaxis acostumbradas para este tipo de trabajo; que incorporara la referencia a citas extraidas de textos de estudio o de documentos y en base a ellas poder fuindamentar la opinión personal que los esudiantes debián construir. El siguiente fue el trabajo seleccionado entre otros de excelente calidad. 

Identidad. ¿Por qué? 
Dada la abundancia de información, libros, documentales, análisis, etc. que existen sobre Artigas, su imagen y sus ideas, he decidido tomar como referencia para mi redacción los documentos artiguistas, como fuente directa de sus ideas y huellas de su personalidad, que es, en mi opinión, lo más destacable y lo único que debería importarnos del Prócer de la Patria, por ser lo que lo han destacado entre tantos otros que lucharon en nuestras tierras. Además me parece justo estudiar sus palabras ya que su imagen y participación en la historia han sido manipuladas a través del tiempo por quienes han estado en el poder. Pero fundamental y personalmente, como uruguaya que soy, me interesa saber los “por qué” intrincados en la imagen del Prócer, ¿por qué José Gervasio Artigas es Prócer de mi patria? 
Su biografía, la que todos conocemos de principio a fin, cuenta que de joven, se fue de su casa para vivir en la campaña, lo que no era usual para un niño criado en la comodidad de la cuidad, como tampoco lo era el relacionamiento con indios. Lo que nos demuestra, que ya desde sus primeros años, era una persona que se destacaba entre las demás, un adelantado de la época, que podía ver y sentir diferente, a pesar de lo que su educación y las costumbres exigían. Deja ver también su capacidad de ignorar de diferencias raciales  y haber podido ser líder tanto de indios como de blandengues, como él mismo contaba en su oficio al gobierno de Paraguay: “Ellos hicieron ver entonces que no obedecían otras órdenes que las mías, y protestaron no marcharían jamás no marchando yo a su cabeza”. También su respeto por la diversidad cultural, la naturaleza y los pueblos que viven en ella, la libertad civil y religiosa y la voluntad general me dejan boquiabierta cuando leo sus documentos y me he es imposible admitir que hayan sido escritos hace 200 años y contengan tanta verdad que quizá si se llevaran a la práctica tendríamos una mejor actualidad. 
Cuando en el Congreso de Abril, llamó a quienes lo seguían “Ciudadanos” y expresó: “…Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana… yo ofendería altamente vuestro carácter y el mío, vulnerando enormemente vuestros derechos sagrados, si pasase por mí una materia reservada sólo a vosotros…” Artigas, hizo más que dejar una frase bonita para colgar en las todas las escuelas del país unos siglos después. Nos dejó evidencia de que lideró a un pueblo al cual respetaba y era consciente del origen de su autoridad, cosa que los líderes a través de la historia han sabido ignorar una vez que llegan al poder. Quizá haya encontrado aquí mi primer por qué. 
Con las Instrucciones del año XIII pude entender las ideas de Artigas en cuanto a la política y a la organización de lo que él llamo las Provincias Unidas. Ahora, a distancia, y con las diferencias culturales que se han pronunciado a través del trascurso del tiempo es difícil pensar en una América políticamente unida, pero en su momento, cuando todas eran colonias que buscaban libertad, quizá la unión de lo mejor de cada cultura, hubiera sido la salida que hubiera evitado que hoy, como continente, estemos como estamos ya que la unión consistía, según Artigas, en “…una liga de amistad con cada una de las otras (provincias) para su defensa común, seguridad de su libertad y para su mutua y general felicidad, obligándose a asistir a cada una de las otras (provincias) contra toda violencia o ataques hechos sobre ellas, o sobre alguna de ellas por motivo de religión, soberanía, tráfico o algún pretexto cualquiera que sea”. Quizá unidos, hoy con todos los recursos con los que cuenta América Latina, no seriamos tan explotados. Pero quien sabe, si Artigas pudo verlo hace 200 años, capaz pueda aplicarse en 100. 
En las mismas Instrucciones Artigas plantea un gobierno republicano que tenía el fin de conservar la igualdad, la libertad y seguridad de los ciudadanos y los pueblos, siendo esta la base de gobierno para cada provincia y a su vez un Gobierno Supremo de la Nación que se encargara de los asuntos generales. Teóricamente en cuanto al gobierno de provincia planteado por Artigas, no estamos tan alejados. Pero creo que ninguna fuerza política en la historia del país, aunque lleve a cabo este modelo, ha tratado al pueblo y a su soberanía como él lo hizo, pero a su vez, estoy convencida de que somos como somos por nuestra historia, y todos, somos artiguistas en algún aspecto de nuestra vida. Por ejemplo, es frecuente e indiscutido ya a esta altura la influencia perceptible en la izquierda uruguaya, pero también en el otro espectro del sistema político, la Logia de los Tenientes de Artigas, el grupo militar ultraderechista que existió a fines del siglo XX en nuestro país, en algún punto este grupo de personas se sintió identificado con los ideales del Prócer. Para concluir esta idea, creo que Artigas es parte de nuestra identidad y encuentro. Aquí quizá el por qué más importante. 
Otro documento con el que me encuentro fue el “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su campaña y seguridad de sus hacendados” en el que pude visualizar, y me atrevo a decir, los pensamientos socialistas de Artigas. En cuanto al reparto de tierras dice “…los más infelices sean los más privilegiados…” incluyendo en el grupo de esos “infelices” a: negros libres, zambos libres, criollos pobres y viudas a los que llamó “agraciados”. A éstos se les daría terrenos a los que Artigas denomino “repartibles” y serían todos los terrenos que pertenecieran a emigrantes, “malos europeos y peores americanos” y también los que hubieran sido donados o vendidos al Gobierno de Montevideo. Aquí esta, el quitarle a los ricos quienes además eran sus enemigos para darle a quienes menos tenían y que fueran estos que además también pelearon por la Patria, los dueños de ésta junto con los pueblos originarios, afroamericanos y gauchos a los que les deja tierra sin repartir para que estos vivan tranquilos y libres en su hábitat natural, que además, les pertenece. Otra vez, aparece el incesable respeto por la naturaleza y quienes la habitan originalmente, que no deja de distinguir a Artigas entre las grandes personalidades de nuestra historia. Sin ir más lejos, tenemos a su contemporáneo, Rivera, con una conocida postura opuesta frente a los aborígenes. Creo que acá hay otro por qué, el respeto que destaca a Artigas que es el mismo que nos destaca a los uruguayos y del que los turistas tanto hablan cuando visitan nuestros pagos. 
Para terminar, mi último por qué. Antes de empezar con esto, mi idea de Artigas era distinta, con eso de que se fue justo en el momento donde la libertad tocaba la puerta y había que hacerse cargo de ella, sentía un leve “rechazo” y repudio a la acción del abandono. Además sentía que se nos había impuesto un prócer desde la escuela al cual le cantamos himnos y canciones, cargamos su bandera pero nunca había logrado entender porque había que hacer todo eso en su honor. Pero hoy puedo decir que leyendo sus documentos y tratando de absorber toda esa abundancia de información que mencionaba al principio, puedo decir que me encontré con Artigas y también conmigo. Creo que de verdad “solo aspiró al bien de su patria” (frase que me llena el alma) y me atrevería a decir que es el único personaje en la historia que tuvo ese único fin e intento llegar a él sin ningún interés personal, con errores, pero sin sacar provecho de la lucha o de su autoridad, de hecho murió sin laureles ni honores, muy lejos de la patria que lo traicionó. Quizá por eso que decía Hobbes de que el hombre es malo por naturaleza y por eso es que no supieron respetar América cuando la “descubrieron” y conquistaron para después transformarla en tierra de guerras y disputas que giran alrededor de algo tan simple como el interés económico, siempre de extranjeros. Igual puedo decir que el prócer de mi país, democrático y republicano, fue alguien que fue capaz de pensar en el bien de todo un continente sin importarle color de piel o lugar de nacimiento.  Y para terminar, solo queda esperar que un día se realice el sueño de unión y patria humanista que Don José tuvo hace ya tanto tiempo. Como cantó Zitarrosa: “A la huella, primero, de José Artigas, y sácate el sombrero, cuando lo digas”. 

Autora: Yanina  Gauthier (5º HUMANÍSTICO 1; LICEO nº 68, MONTEVIDEO)