domingo, 7 de septiembre de 2014

La batalla de Chile

Aquí el capítulo 1"La insurrección de la burguesía" de este hermoso documental
Si es posible miren el minuto 20 también, donde se muestra el acaparamiento de productos bàsicos, una estrategia para descompensar la economía chilena y hacer caer a Allende.

martes, 19 de agosto de 2014

Absolutismo


ABSOLUTISMO






El absolutismo es la forma de gobierno que encontramos en Europa Occidental durante los siglos XVI, XVII y XVIII Está basada en la centralización del poder en el rey o monarca. En la época anterior el rey tenía el poder compartido con los señores feudales ya que estos tenían sus propios ejércitos, administraban justicia, hacían leyes y cobraban sus propios impuestos. A partir del siglo XV surge en Europa el estado moderno que contará con:
1) Una autoridad central común para todo el territorio.
2) Una burocracia especializada.
3) Un ejército permanente.
4) Reconocimiento de ese estado por parte de otros.
Salvo excepciones estos estados tomarán como forma de gobierno la monarquía, que tendrá dos etapas: 1) la MONARQUÍA AUTORITARIA, durante el siglo XVI, donde el rey aún tiene algunos límites a su poder (por ejemplo los derechos o fueros de las ciudades y las regiones; 2) la etapa ABSOLUTISTA, entre los siglos XVII y XVIII, donde el monarca impone su voluntad sin rendir cuentas a nadie.
Se le otorga un poder ilimitado al jefe del gobierno, el rey, quien se ubica por encima de las leyes y por lo tanto no hay casi límites legales a su autoridad

CARACTERÍSTICAS DEL ABSOLUTISMO
1) El rey hace las leyes y administra justicia, siendo entonces fuente de derecho (hace las leyes y las cambia, está por encima de ellas). El rey concentra en sus manos la función legislativa, ejecutiva, administrativa y judicial. No se convocan asambleas ni organismos donde la población pueda estar representada. Si existen asambleas o consejos son sólo consultivos y el rey no está obligado a aceptar lo que en ellos se resuelva.
2) El rey tiene un ejército permanente y mercenario que le permite imponer su voluntad, dominar a la población de los territorios que controla y defenderse o atacar a otros monarcas.
3) Para ejercer su gobierno, controlar lo que sucede en su territorio y aplicar sus leyes, el rey tiene muchos funcionarios (burocracia) que se especializan en las funciones que desempeñan.
4) El rey cobra impuestos, aún sin el consentimiento de sus gobernados, para poder mantener la burocracia y el ejército.
5) La Iglesia está supeditada a la autoridad del monarca. La Iglesia, de gran influencia y poder, respondía hasta entonces exclusivamente a la autoridad del Papa, lo cual era visto por los reyes como un obstáculo para la centralización del poder, ya que el Papa era visto como una autoridad extranjera y con intereses que muchas veces chocaban con el monarca.
El poder del rey tenía, al menos en teoría, algunos límites como eran el respeto por las leyes tradicionales surgidas en el reino y los principios morales del cristianismo. Más importantes eran los límites materiales que tenía; el poder de los monarcas podía ser frenado por la escases de recursos, las dificultades en las comunicaciones que impedían que sus órdenes llegaran en tiempo, la existencia de pocos funcionarios o su incapacidad, la resistencia de la población a aceptar medidas abusivas, etc.



Algunos intelectuales contemporáneos al absolutismo trataron de explicarlo y justificarlo. En algunos casos se trataba de darle una explicación racional al aumento de la autoridad estatal; en otros era una propaganda para justificar ante la población el uso y abuso de poder que ejercían los monarcas.


Thomas Hobbes (1588-1679), nacido en Inglaterra, es un importante teórico del absolutismo que se caracteriza por ver la política como un conocimiento separado de la religión y de la moral. Sus ideas acerca del absolutismo las difundió en un libro llamado “Leviathan”. En este sostiene que los hombres originalmente vivían en un estado natural, sin gobierno ni leyes, donde luchaban por defender sus intereses y el más fuerte se imponía. Dice Hobbes que en esa situación la vida era “solitaria, pobre, impura, brutal y breve”. Para salir de esa vida salvaje, los hombres hicieron un acuerdo, un contrato, formando la sociedad civil y creando un soberano o gobierno al que se sometieron a cambio de obtener seguridad. El gobierno no había sido parte de el contrato, había surgido de él, y se había independizado de sus creadores. Por lo tanto, sostenía que el gobierno absoluto fue creado por el pueblo pero para someterse a él y los individuos no podía quejarse si el gobernante era tiránico porque no había ninguna ley natural ni divina que limitara el poder del gobernante.
Además, como afirmaba que el poder absoluto venía del contrato firmado por los hombres para lograr la seguridad y poner fin al estado natural, Hobbes sostenía que el poder del rey no es de origen divino y la Iglesia debía estar sometida a las autoridades del país.
Las ideas de Hobbes se vieron influenciadas por los conflictos políticos de su época; afectado por las guerras civiles que soportaba Inglaterra, fue partidario de la paz y el bienestar a cualquier precio, por eso vio en el absolutismo una forma de gobierno útil para el desenvolvimiento de los individuos.
Bossuet (1627-1704) nacido en Francia, fue Obispo de Meaux y consejero del rey Luis XIV. En su libro “La política sacada de las Santas Escrituras” expresa que la monarquía se rige por cuatro características: 1) es sagrada; 2) es absoluta; 3) debe ejercerse paternalmente; 4) debe ejercerse de acuerdo a la razón.
Sagrada significa que el gobierno viene de Dios, tiene origen divino. Dios creó el poder político y es su voluntad la que decide quienes son los gobernantes.

Absoluta o ilimitada porque al poder que ha creado Dios mismo, ningún hombre puede ponerle limites. Los reyes, que gobiernan por la voluntad de Dios, sólo son responsables de sus actos ante él, no tienen que rendir cuentas de sus actos ante ningún ser humano; nadie puede juzgar al rey.
El rey está sometido a normas naturales, creadas por Dios, sino sería arbitrario. Esas normas, que están por encima de la voluntad humana, obligan al rey a gobernar para la felicidad de sus pueblos y no para satisfacer sus caprichos personales. Por eso dice Bossuet que el monarca debe actuar como un padre con sus hijos, guiarlos, protegerlos y corregirlos y castigarlos si es necesario.
Finalmente, la autoridad del gobernante debe ejercerse conforme a la razón; el rey debe ejercer el gobierno conociendo lo que hace, al decir de Bossuet debe “estudiar las cosas útiles, saber la ley, conocer los negocios, conocerse a si mismo, hablar y callarse oportunamente, prever, instruir a sus ministros”.



Un ejemplo de monarca absoluto



Luis XIV, Rey de Francia

Luis XIV, Rey de Francia
Conocido como "el rey Sol", es el ejemplo de monarca absoluto

Palacio de Versalles.

Palacio de Versalles.
Aquí vivían los reyes de Francia rodeados de su corte de nobles y muy lejos del pueblo

Los Jardines de Versalles

Los Jardines de Versalles
El rey, su familia y los nobles disfrutaban de una buena vida

Los ordenados jardines de Versalles

Los ordenados jardines de Versalles
El orden geométrico de los jardines de Versalles son un símbolo de la intención de los monarcas de ordenar y dirigir al país

sábado, 16 de agosto de 2014

Revolución en Cuba



Cuba caminos de revolución (grabaciones de época):



http://www.dailymotion.com/video/xs46g_cuba-caminos-de-revolucion-antes-de_news



Video desde 1953 http://www.dailymotion.com/video/x9je9z_caminos-de-la-revolucion-3_shortfilms




Otra versión....si se quiere escuchar









La postura frente a la Alianza para el Progreso




Carlos Quijano


Angel Rama: “el gran maestro americano”

“Aunque no es imposible, daría trabajo, en el caso de Diderot, un examen de su obra que prescindiera por completo de su participación directriz en la publicación de la famosa “Enciclopedia”. Tal distingo creo que es imposible hacerlo en el caso del uruguayo Carlos Quijano. El es el semanario “Marcha”, y éste es Carlos Quijano. El hizo posible esa inusual tribuna de pensamiento libre, manteniéndola durante treinta y cinco años.
(…)
Construir una tribuna de discusión abierta y lúcida, documentada y sin dogmatismos; atender las necesidades intelectuales del país y del continente; desarrollar una crítica independiente; servir de hogar a la cultura nacional; elaborar el proyecto de una nueva sociedad mas justa y evolucionada, fueron algunos puntos de su desmesurada empresa. Y ella lo absorbió de tal modo que prácticamente se disolvió dentro del semanario.
(…).
escribió todos los viernes el editorial del semanario, las seis cuartillas frecuentemente llenas de numeritos en que analizó la vida económica del país y del continente, los grandes debates ideológicos de nuestro tiempo, los problemas políticos y sociales, todo ello con rigor, con conocimiento de causa y sin acidez (…) Esos editoriales nunca llevaron firma, y tampoco durante la mayor parte de esos 35 años figuró al frente del periódico el nombre de su director: era la voz de “Marcha” (…) Me temo que muchos ignoraban que estaban escritos por Carlos Quijano; y pienso que para muchos, él concluyó siendo una especie de raro mito, criatura casi inexistente fuera del semanario.
(…).
Tras los grandes maestros que en el primer tercio del siglo (XX) tuvo el Uruguay (José E. Rodó, Carlos Vaz Ferreira), fue Carlos Quijano quien orientó a la juventud, constituyéndose en el maestro de al menos dos generaciones. Maestro del pensamiento lúcido, independiente, desinteresado; maestro de una escuela de exigencia y de rigor; maestro de un estilo moral casi victoriano que explica su renuncia a la riqueza, al poder político, al halago de una fácil fama. (…)
“Marcha”, (fue) una escuela del periodismo intelectual, donde trabajaron decenas de periodistas políticos, sindicales, de notables reporteros (Carlos M. Gutiérrez, (Guillermo) Chifflet, Héctor Rodríguez, María Esther Gilio). Desde el equipo inicial formado por el educador Julio Castro, el filósofo Arturo Ardao, y el novelista Juan Carlos Onetti, hasta los más jóvenes de los últimos años (Eduardo Galeano, Jorge Ruffinelli, Gerardo Fernández), fue en las páginas del semanario, que se tejió la vida cultural del país. (…)
La gran mayoría del equipo de “Marcha”, perteneció a las plurales tendencias del liberalismo, del socialcristianismo, del socialismo democrático. Una parte ha sido encarcelada, torturada salvajemente, calumniada. Una sola acusación puede aceptar Carlos Quijano: haber pensado con claridad, y haberse propuesto como meta, la enseñanza del pueblo”
(“Carlos Quijano, maestro americano”, Angel Rama, diario “El Nacional”, de Caracas, 13 de diciembre de 1976).

Montevideo Colonial


martes, 12 de agosto de 2014

La "Gloriosa Victoria" de Diego Rivera

La obra es una representación de la invasión que hizo Estados Unidos, a través de la United Fruit Company, dueña la gran industria bananera que imperaba en esa época en la “Repùblica Bananera” como se le llamaba a Guatemala y  varios países mas de la región a comienzos de la década de los cincuenta. El mural Gloriosa Victoria, como pieza central es una obra que escenifica la intervención de la CIA a Guatemala, a través del Movimiento de Liberación Nacional, que desencadenó la caída del Gobierno de Jacobo Arbenz.

Dos banderas
Cuenta la historia que en 1953, en la famosa Casa Azul del barrio de Coyoacán de la capital de México donde vivían Diego y Frida, se celebraba la incipiente democracia que vivía Guatemala con dos banderas sobre su puerta: la mexicana y la guatemalteca. Y es que los Rivera Kahlo vivían muy de cerca este proceso por su abierta militancia de izquierda y por ser amigos de personalidades como Luis Cardoza y Aragón y Miguel Ángel Asturias. De hecho, en ese entonces la asistente de Rivera era la joven guatemalteca Rina Lazo, quien lo acompañó en su trabajo por alrededor de una década y puso sus pinceladas en obras célebres como Sueño de un paseo dominical por la alameda central, el mural del cárcamo del Río Lerma o el que adorna el Estadio Olímpico Universitario.
Pasó el tiempo y, en 1954, Guatemala fue agredida. Este hecho conmocionó a esta pareja de pintores mexicanos. Tanto que decidieron organizar una gran marcha para oponerse. Es conocida la foto de Frida en la que aparece, pocos días antes de morir, en su silla de ruedas y acompañada de su marido levantando su voz contra este nefasto capítulo de nuestra historia. Según Juan Coronel Rivera, nieto de Diego y curador de la Epopeya Mural, el hecho que desata que el famoso muralista mexicano decida pintar la Gloriosa Victoria fue una carta que Miguel Ángel Asturias le envió, suplicándole manifestarse a favor de sus hermanos guatemaltecos, pintar algo que denunciara este hecho.
Así, poco tiempo después de la muerte de Frida, Diego en su luto se decide a hacerlo. Llamó a Rina, quien se encontraba en Guatemala pintando el mural Tierra fértil en el Club Italiano, para que le reuniera material fotográfico, recortes de prensa y todo aquello que le pudiera ser útil para este nuevo trabajo. Días después se encontraron en México, en el famoso estudio de San Ángel, y así comenzó el camino de la Gloriosa Victoria.
Diego y Rina
En poco más de tres meses completaron el mural al temple que muestra en el centro una bomba con la cara del presidente de Estados Unidos, Dwight Ike Eisenhower.  Otros de los personajes que aparecen en la composición son: Allan Dulles, director de la CIA; el embajador estadounidense en Guatemala, John Peurifoy y monseñor Rossell y Arellano, arzobispo de Guatemala, quien da la bendición a los agresores. A la izquierda se aprecian los buques estadounidenses siendo cargados de bananos, mientras los soldados solo observan las escena. A la derecha se ve el volcán de Agua, la bananera, el Palacio y la Catedral, también al pueblo guatemalteco resistiéndose al hecho y niños, hombres y mujeres muertos.
De la parte derecha del mural hay dos anécdotas que hacen a la Gloriosa Victoria aún más guatemalteca. Hay una mujer vestida de rojo con una ametralladora en la mano, que es, ni más ni menos, un retrato de Rina Lazo como representante de la resistencia. En una entrevista que proporcionó en México, Rina Lazo cuenta, “Diego me dijo un día: ‘traiga una blusa roja mañana’. Al día siguiente llegué y me puso a posar como guerrillera, con una ametralladora de juguete que era de su nieto Juan Pablo”. En la parte superior derecha, se ve una cárcel llena de presos políticos que agitan una bandera de Guatemala. Esta parte del mural está pintada completamente por Lazo, quien afirmó que Diego le pidió que la firmara. Él, ante la timidez de ella por hacerlo, pintó en el muro de la cárcel un corazón con su nombre y el de ella a manera de crédito. La firma de ambos aparece en la parte inferior del mural, al lado de la de la otra asistente de Rivera, Teresa Ordiales.
Para titular este mural, el último que pintó el hijo predilecto de Guanajuato, Rivera parafraseó de manera sarcástica lo dicho por el Secretario de Estado estadounidense para celebrar el golpe de Estado, “esta fue una gloriosa victoria”.
En busca del tesoro perdido
Diego Rivera pintó Gloriosa Victoria con la idea de que participara en una exposición que el Frente Nacional de Artes Plásticas mexicano organizó para exhibir obras de sus miembros en los países socialistas de Europa del Este. La muestra comenzaba en Polonia. Sin embargo, Miguel Ángel Anzures, director del Frente, se asustó por la temática del mural. Rivera se molestó y se negó a mostrarlo. Al final, fueron los jóvenes pintores polacos los que solicitaron el mural a Rivera y finalmente viajó a Polonia.
Pocos meses antes de su muerte, Diego viajó a la Unión Soviética para un tratamiento médico.
Consigo llevaba la Gloriosa Victoria y decidió donarla a la “clase obrera” de ese país, pero, al parecer por órdenes de Stalin, la obra fue guardada en el Museo Pushkin de Moscú, donde permaneció en sus bodegas hasta el año 2007. La Gloriosa Victoria estaba considerado como uno de los dos murales perdidos de Rivera, junto con el famoso Pesadilla de guerra, sueño de paz.
De hecho, fue buscando este segundo, que el mural sobre Guatemala volvió, literalmente, a ver la luz  como un tesoro perdido del que no se había sabido nada en 50 años.
Al encontrarlo, más de uno se llevó una sorpresa. Como estuvo guardado tanto tiempo el colorido del mural permanece intacto. El asombro fue mayor al percatarse que por el otro lado de la tela hay un mural inconcluso, que está de cabeza con respecto a la Gloriosa Victoria, en el que se ve perfectamente retratado al que fuera en esa época el secretario General del Partido Comunista en México, Dionisio Encinas.  Expertos aseguran que no tienen que ver uno con otro, “cuando Diego quiso pintar el mural sobre Guatemala, volteó la tela y omitió el otro trabajo, así de simple”.
La vida está llena de coincidencias y esta historia no es la excepción. Rina Lazo, después de participar en la elaboración de la Gloriosa Victoria, decidió pintar un mural de similares proporciones y de la misma temática titulado El mismo agresor, que muestra las intervenciones de Estados Unidos en Corea y Guatemala. Este también estuvo perdido, casi por la misma cantidad de tiempo, y coincidentemente apareció por la misma época en las bodegas de otro museo: el de Toluca.

LA HISTORIA DE UNA GLORIOSA VICTORIA
“Gloriosa Victoria”,  fue un cuadro proscrito que le fue encargado a Diego Rivera por un grupo de pintores mexicanos “para apoyar al pueblo guatemalteco, que entonces recién había sido invadido por los Estados Unidos”; sin embargo, cuando vieron el resultado ya no quisieron la obra debido a que la figura central era el presidente Eisenhower, en funciones en Estados Unidos.
“En ese momento “Eis”, como le decían de cariño en Estados Unidos, era el presidente más querido de la historia de ese país debido a que ganó la Segunda Guerra Mundial y había libertado a Europa… Diego lo pone como lo que realmente era, el tirano que está invadiendo a América Latina…
El cuadro, añade el experto en arte, no fue pintado para México, sino que se iba a incluir originalmente en una exposición de arte mexicano en Varsovia, de donde fue excluido.
ero entonces los estudiantes de Varsovia, que ya Varsovia era comunista, se enteran de la obra y le escriben a Diego y le dicen: “Su pieza no está en la exposición, nos gustaría exhibirla nosotros”. Y entonces no se exhibe hasta un año después, en una exposición que organizan los estudiantes de Varsovia, a la cual también asiste una representación de obreros rusos… Esos obreros le dicen a Diego que si les regala la obra, porque además esta pieza nunca la cobró, Diego la hizo gratuita y entonces los obreros rusos le dicen a Diego que si regala la obra, a lo cual accede Rivera vía correo y años después, ellos mismos se la entregan al museo Pushkin de Moscu.

¿POR QUÉ GLORIOSA VICTORIA TERMINA EN UNA BODEGA?
Al llegar a la entonces Unión Soviética, “Gloriosa Victoria” terminó en las bodegas del Museo Pushkin,  principalmente por dos motivos:
  1. Diego era un autor proscrito en la Unión Soviética, porque no formaba parte del Partido Comunista; Diego es aceptado nuevamente en el Partido Comunista hasta 1955; cuando esta pieza llega a Rusia Diego no era Stalinista
  2. Desde luego la obra no fue exhibida porque no tenía el orden que le estaban dando al arte contemporáneo en ese momento, para el socialismo ruso el arte era dirigido y tenía que dirigirse hacia la propaganda Stalinista

¿POR QUÉ SE CONSIDERÓ PERDIDO “GLORIOSA VICTORIA”?
Durante la Guerra Fría, que dura de los años 50, hasta que cae, en el decenio de los 80 del siglo pasado, el Muro de Berlín y la Unión Soviética… En ese tiempo las colecciones rusas eran secreto de Estado, porque muchas de las obras habían sido adquiridas a través de la guerra, cuando van invadiendo los países, al igual como hacen los nazis y como hicieron todos los franceses,  y muchos otros más, todas las piezas adquiridas  eran tesoros de guerra, como les llamaban.
Lo que se encontraba en los museos soviéticos en ese entonces no era listado y era información confidencial; si alguien preguntaba o hablaba de un cuadro no proporcionaban ninguna información. Fue hasta que se abre la Perestroika y se empiezan a hacer inventarios, que se hacen inventarios públicos, entonces es que se da a conocer que el mural efectivamente estaba ahí.

Los 12 trabajos de Hércules!!!

Heracles, a quien los romanos llamarían Hércules, era hijo de Zeus y de Alcmena, una princesa de Tebas. Hera, enojada porque Zeus había llevado a cabo otro de sus casamientos con mujeres mortales, envió dos horrorosas serpientes para que mataran a Heracles cuando aún era un bebé. Heracles y su hermano gemelo Ificles dormían en un escudo que les servía de cuna, cuando las serpientes reptaron hacia ellos. Ificles gritó y rodó fuera del escudo. Pero Heracles, un niño inmensamente fuerte, cogió las serpientes por el cuello, una en cada mano, y las estranguló.Cuando era un muchacho, Heracles se interesaba más por la lucha que por la lectura, la escritura o la música. También prefería la carne asada y el pan de cebada a los pasteles de miel o de frutas. Pronto, se convirtió en el mejor arquero, el mejor luchador y el mejor boxeador que existía. Cuando Lino, su profesor de música, le pegó por no prestar atención a las escalas, Heracles le golpeó con una lira hasta matarlo. Acusado de asesinato, Heracles dijo sencillamente:—Lino me pegó primero. Sólo me defendí.Y los jueces lo absolvieron.Euristeo, el gran rey de Grecia, quería desterrar a Anfitrión, rey de Tebas y, ahora, padrastro de Heracles. Pero éste, noblemente, se ofreció a Euristeo para ser su esclavo durante noventa y nueve meses, si permitía que Anfitrión se quedase y conservara el trono. Hera advirtió a Euristeo:—Acepta, pero encarga a Heracles los diez trabajos más peligrosos que puedas elegir, y que los cumpla todos dentro de los noventa y nueve meses. Lo quiero muerto.El primer trabajo que Euristeo ordenó a Heracles fue matar al león de Nemea, una enorme bestia, cuya piel era resistente a la piedra, al cobre y al hierro. Aquel monstruo vivía en una cueva en las montañas. […] Aunque el animal le arrancó el dedo corazón de la mano izquierda de un mordisco, Heracles consiguió meter la cabeza del león bajo el brazo derecho y aplastarla hasta que la bestia murió. Heracles despellejó al león usando una de las garras del mismo animal como cuchillo y luego se cubrió con la piel. Después, se fabricó una nueva maza de madera de olivo y se presentó ante Euristeo.El segundo trabajo era mucho más peligroso: matar a la monstruosa hidra de los pantanos de Lerna. Esta bestia tenía el cuerpo grande, como el de un perro, y ocho cabezas de serpiente con largos cuellos. Heracles le disparó flechas ardiendo cuando salía de su agujero bajo las arenas de un pantano. Luego, corrió hacia ella y le golpeó las ocho cabezas. Pero conforme las aplastaba, iban apareciendo otras en su lugar. Un escorpión, enviado por Hera, se le acercó rápidamente y le mordió el pie: Heracles lo aplastó de un pisotón. Al mismo tiempo, desenvainó su afilada espada de empuñadura de oro y llamó a Yolao, el conductor de su carro. Yolao trajo inmediatamente una antorcha y, cuando Heracles cortaba una cabeza, sellaba el cuello con fuego para evitar que surgiera una nueva. Fue el final de la hidra. Heracles mojó sus flechas en su sangre venenosa. Quien fuera herido con ellas moriría dolorosamente.El tercer trabajo fue capturar la cierva de Cerinia, una cierva blanca con pezuñas de bronce y cuernos de oro, que pertenecía a la princesa Artemisa. Heracles tardó un año entero en encontrarla. La persiguió por montañas y valles de toda Grecia, hasta que al final le disparó una flecha sin veneno, cuando pasó corriendo cerca de él. La flecha se clavó entre el tendón y el hueso de sus patas delanteras, que quedaron ensartadas, sin derramar una sola gota de sangre. Cuando tropezó y cayó, Heracles la apresó, le extrajo la flecha y se la llevó a Euristeo sobre los hombros. Artemisa se habría enfurecido si Heracles hubiera dañado a su cierva y, además, lo perdonó por su certero flechazo. Después, Euristeo liberó a la cierva.El cuarto trabajo fue apresar al jabalí de Erimanto, una enorme criatura con unos colmillos como los de un elefante y una piel resistente a las flechas. Heracles lo persiguió por las montañas de aquí para allá, en invierno, hasta que quedó atrapado en un gran montículo de nieve. Allí, saltó sobre él y le ató las patas delanteras a las traseras. Cuando Euristeo vio a Heracles cargando el jabalí a su espalda por la avenida de palacio, huyó y se escondió en una gran vasija de bronce.El quinto trabajo fue limpiar el inmundo establo del rey Augías en un solo día. Augías tenía muchos millares de animales y nunca se había preocupado de eliminar sus excrementos. Euristeo le encargó esta tarea a Heracles sólo para molestarlo, esperando que se cubriera de inmundicia, cuando cargara el estiércol en las cestas para llevárselo.Augías sonrió a Heracles con desprecio:—Te apuesto veinte vacas contra una, a que no puedes limpiar el establo en un solo día.—De acuerdo —dijo Heracles.Blandió su maza, derribó la pared del establo, cogió un pico y cavó rápidamente unos canales profundos desde dos ríos cercanos. El agua de los ríos atravesó el establo y lo dejó limpio en un momento.Como sexto trabajo, Euristeo le dijo a Heracles que expulsara ciertas aves caníbales con plumas de bronce del lago Estínfalo. Estos animales parecían grullas, pero tenían picos capaces de hacer pedazos una coraza de hierro. Heracles no podía nadar en los pantanos, porque el agua estaba turbia, y tampoco podía cruzarlos caminando, porque el barro no aguantaría su peso. Cuando disparó a los pájaros, las flechas rebotaron en sus plumas.La diosa Atenea se le apareció entonces y le dio un unos címbalos de bronce.—¡Agítalos! —le ordenó.Heracles lo hizo y las aves levantaron el vuelo, aterrorizadas. Disparó, mató a docenas de ellas, ya que en la parte inferior de sus cuerpos no tenían plumas de bronce, y las obligó a huir en dirección al mar Negro. Ninguna volvió jamás.El séptimo trabajo fue capturar un toro que aterrorizaba Creta. Perseguía granjeros y soldados, destruía cabañas y almacenes, arrasaba campos de maíz, y asustaba a mujeres y niños. Este animal había aparecido cuando el hijo de Europa, Minos, dijo a los cretenses:—¡Soy el rey de esta isla! ¡Dejemos que los dioses me envíen una señal para probarlo!Mientras hablaba, los cretenses vieron cómo un toro muy blanco de cuernos dorados salió nadando del mar. Pero en lugar de sacrificar el hermoso animal a los dioses, como era su deber, Minos lo conservó y sacrificó otro. Así que Zeus lo castigó, permitiendo que el toro escapara y causara desgracias en toda Creta.Heracles siguió al toro hasta un bosque. Allí, se subió a un árbol, esperó que el animal pasara y saltó sobre su lomo. Tras un difícil forcejeo, consiguió clavarle una anilla en la nariz y, cruzando el mar con unas riendas atadas a su morro, se lo llevó a Euristeo.El octavo trabajo fue capturar las cuatro yeguas salvajes del rey Diomedes de Tracia. Diomedes alimentaba a estas yeguas con la carne de los extranjeros que visitaban su reino. Heracles viajó hasta Tracia y se acercó al palacio real; fue directo a las cuadras de Diomedes, echó a los mozos y condujo a las yeguas, que se caían y coceaban, hasta la costa. Alertado por el ruido, Diomedes llamó a los guardias de palacio y salió en su persecución. Heracles dejó las yeguas a cargo de su mozo Abdero y volvió para luchar. La batalla fue corta. Dejó sin sentido a Diomedes con su maza e hizo que las yeguas se lo comieran vivo, como venganza por la muerte de Abdero que, poco antes, al no haber podido controlar a las yeguas, había sido devorado por las mismas. Antes de marcharse, Heracles también instituyó unos juegos fúnebres anuales, en memoria de Abdero. Ya de regreso, cuando Heracles vio que su barco era demasiado pequeño para que cupieran las cuatro yeguas, las enjaezó al carro de Diomedes, abandonó el barco y volvió, de este modo, a casa, cruzando Macedonia.El noveno trabajo fue conseguir el famoso cinturón de oro de Hipólita, la reina de las amazonas que vivía en la costa sur del mar Negro, y regalárselo a la hija de Euristeo. Heracles llegó a Amazonia sin novedad. Allí, la reina Hipólita se enamoró de él y podría haber conseguido el cinturón como un simple regalo. Sin embargo, la diosa Hera, con rencor, se disfrazó de amazona y esparció el rumor de que Heracles había venido para secuestrar a Hipólita y llevársela a Grecia. Las amazonas, indignadas, montaron en sus caballos y fueron a rescatarla, lanzando flechas contra Heracles, mientras se acercaban. Aunque Heracles rechazó el ataque, Hipólita resultó muerta en la confusión de la batalla. Así que Heracles cogió el cinturón de su cadáver y se fue apenado. Le hubiera gustado casarse con Hipólita y le molestó mucho tener que darle el cinturón a la hija de Euristeo.El décimo trabajo de Heracles fue robar un rebaño de bueyes del rey Geríones, que vivía en una isla cerca de la corriente de Océano. Geríones tenía tres troncos con sus respectivas cabezas, pero un solo par de extremidades. […] Cuando llegó a la isla de Geríones, Heracles fue atacado por un perro bicéfalo y por un pastor de Geríones, a los que abatió de un mazazo. Finalmente, Geríones salió corriendo de su palacio, como si se tratase de una fila formada por tres hombres. La diosa Hera, entonces, intentó ayudar a Geríones deslumbrando con un espejo a Heracles, pero éste esquivó el destello y mató a Geríones con una flecha, que atravesó a la vez los tres troncos. Luego, disparó también contra Heray la hirió  en un hombro. La diosa se fue entonces volando a suplicar a Apolo y a Artemisa que le extrajeran la flecha y la curaran. […]Ahora, Heracles debía ser liberado pero, aconsejado por Hera, Euristeo le dijo:—No has cumplido correctamente mi segundo trabajo, porque pediste ayuda a Yolao, para matar la hidra. Y tampoco hiciste bien el quinto trabajo, porque Augías te pagó por limpiar su establo. […] Debes hacer dos más, pero puedes dedicarles el tiempo que necesites.—De acuerdo —dijo Heracles—. Y si vivo para cumplirlos, le sucederá lo peor a tu familia.Euristeo había planeado dos nuevos trabajos muy peligrosos. El primero era conseguir las manzanas de oro de las hespérides, ninfas que vivían en el Lejano Occidente. Estas manzanas eran el fruto de un árbol que la Madre Tierra le ofreció a Hera como regalo de boda. Las Hespérides, hijas del titán Atlas, cuidaban del árbol, y Ladón, un dragón que nunca dormía, lo vigilaba dando vueltas a su alrededor.[…] Heracles partió por mar hacia Marruecos y, al llegar a Tánger, caminó tierra adentro hasta el lugar donde Atlas, el titán rebelde, sostenía la bóveda celeste. Heracles le preguntó:—Si me hago cargo de tu trabajo durante una hora, ¿querrías recoger para mí tres manzanas del árbol de tus hijas?—Claro —dijo Atlas—, si tú matas antes al dragón que nunca duerme.Heracles apuntó con su arco por encima del muro del jardín y mató al dragón. Luego, se puso de pie detrás de Atlas y, separando las piernas, se colocó todo el peso de la bóveda celeste sobre la cabeza y los hombros. Atlas trepó por el muro, saludó a sus hijas, robó las manzanas y le gritó a Heracles:—Hazme el favor de quedarte aquí un poco más, mientras le llevo estas tres manzanas a Euristeo. Con mis enormes piernas, estaré de vuelta dentro de una hora.Heracles, que sabía que Atlas nunca entregaría las manzanas a Euristeo y que su idea era la de rescatar a los demás titanes para empezar una nueva rebelión, simuló que le creía.—Encantado —contestó—, pero antes sosténme un momento el peso, mientras doblo esta piel de león y me hago un cojín para la cabeza.Atlas dejó las manzanas en el suelo e hizo lo que le pedía Heracles. Éste entonces recogió las manzanas y, antes de irse, le dijo:—Has intentado engañarme —le comentó, riéndose—, pero yo te he engañado a ti. ¡Adiós![…] El último y peor de los trabajos fue capturar al can Cerbero y arrastrarlo a la superficie desde el Tártaro. Al recibir esta orden, Heracles fue a Eleusis para purificarse. Allí se celebraban los misterios de Deméter. Limpio de todo pecado, Heracles bajó con valentía hasta el Tártaro, pero Carente no quiso transportar a un mortal hasta la otra orilla de la laguna Estigia.—Destruiré tu barca —le amenazó Heracles— y te cubriré de flechas como un erizo está cubierto de púas.Caronte tembló de terror y lo llevó al otro lado. Más tarde, Hades castigó a Caronte por su cobardía.Heracles vio a Teseo y Pirítoo pegados al banco de Hades, mientras las furias los azotaban. Tiró de Teseo con enorme fuerza y lo arrancó del asiento, pero Teseo perdió un buen trozo de espalda. Luego, vio que era imposible liberar también a Pirítoo, si no era con un hacha, así que lo dejó allí.Perséfone salió corriendo del palacio y cogió a Heracles de las manos:—¿Puedo ayudarte, querido Heracles? —preguntó.—Majestad, te ruego que me prestes a tu perro guardián durante unos días. Podrá volver a casa enseguida, cuando se lo haya enseñado a Euristeo.Perséfone dirigió sus ojos hacia Hades:—Por favor, esposo, concede a Heracles lo que pide. Esta tarea le ha sido encomendada por consejo de tu cuñada Hera. Él promete no quedarse con nuestro can Cerbero.—Muy bien —respondió Hades—, y puede llevarse también a ese loco de Teseo, ya que está aquí. Pero tiene la obligación de domar a Cerbero, sin usar ni la maza ni las flechas.Hades creyó que esta condición haría imposible el trabajo, pero la piel de león de Heracles era resistente a los pinchazos de las púas del lomo de Cerbero, así que Heracles, con sus fuertes manos, apretó el pescuezo del can, hasta que sus tres cabezas se oscurecieron. Cerbero entonces se desmayó y Heracles pudo arrastrarlo con facilidad. Por desgracia, el único túnel de vuelta a la Tierra lo bastante ancho era uno que tenía la salida cerca de Mariandinia, junto al mar Negro, así que a Heracles le esperaba un viaje largo y difícil. Antes de partir, Heracles cogió una rama de laurel blanco como trofeo y se la colocó como si fuera una corona.Cuando Heracles apareció arrastrando a Cerbero con una correa, Euristeo se dio un susto de muerte.—Gracias, noble Heracles —dijo—; ahora, quedas liberado de tus trabajos. Pero, por favor, devuelve esa bestia enseguida.Heracles volvió a Tebas, donde su madre Alcmena lo recibió con alegría. […]

sábado, 9 de agosto de 2014

Más.... mitos y leyendas griegas

Ulises y las sirenas

Probablemente el relato más conocido de las sirenas sea el de La Odisea de Homero.
Después de pasar una larga temporada en el palacio de Circe, Ulises emprende definitivamente el camino a Ítaca.
La diosa, antes de dejarle partir, le adelanta algunas de las aventuras que va a vivir en los días siguientes. La primera de ellas será el encuentro con las sirenas.
Las sirenas han sido famosas seductoras, porque según la mitología eran capaces de encantar con su voz a los marinos con la intención de raptarlos.
Al cantar, parecían ser hermosas doncellas, pero los que sucumbían ante sus encantos, pronto averiguaban su verdadera naturaleza. El canto de las sirenas anunciaba de forma engañosa los placeres del mundo subterráneo.
Las sirenas vivían en la isla de Artemisa, en donde yacían los huesos de los marineros que habían sido atraídos por sus deliciosos cantos.
x
Ulises quiso escuchar el canto de las sirenas.
Odiseo (Ulises), hombre de gran imaginación, cuando se iban acercando a la isla temida, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con cera, y él, que no podía con la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil, con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran.
Al escuchar los cantos de las sirenas quiso soltarse pero sus compañeros no se lo permitieron. Cuenta la leyenda que las sirenas, devastadas por su fracaso, se lanzaron al mar y murieron ahogadas


Fuente Internet::
x
¿Un hijo de Poseidón?

La Leyenda de Pegaso

Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de una palabra griega que significabamanantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.
Hay varias versiones de su nacimiento. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.
Otra versión sostiene que nació en la Tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.
Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.
El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos.
Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte.
x
Belerofonte montando a Pegaso.
También se contaba que el héroe lo había encontrado cuando bebía en la fuente de Pirene.
Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.
Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses.
Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.
Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para logrtar que volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente.
Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.
Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

La leyenda de Edipo

En la leyenda Edipo es el hijo de los reyes de Tebas quienes ordenan su muerte nada más nacer para evitar el maleficio de un viejo oráculo que aseguraba que el hijo nacido de estos reyes mataría a su propio padre y se casaría con su madre.
Sin embargo, el criado encargado de ejecutarlo se apena de la criatura y se lo entrega a un pastor que casualmente andaba por la región. Éste de regreso a su patria en Corinto entrega el hermoso niño a los reyes del país para que lo adopten.
x
Edipo frente a la Esfinge.
Cuando Edipo crece, un día se entera del extraño oráculo y aterrorizado decide escapar lejos de los que cree sus padres. En su huida, se topa en una encrucijada con un coche de caballos que está a punto de atropellarle. Estalla una disputa y Edipo mata al señor de carro, un noble cuyo nombre ignoraba. Era Layo, rey de Tebas.
Edipo prosigue entonces su camino, dirigiéndose precisamente a esta ciudad, pero le sale al encuentro un terrible monstruo, mitad mujer, mitad león alado, conocido con el nombre de Esfinge, que asolaba la región, destruyendo a todos aquellos que no sabían contestar certeramente a una pregunta que les hacía.
Las adivinanzas de la Esfinge eran dos:”¿Quién es el ser que al amanecer camina a cuatro patas, a mediodía sobre dos y al anochecer sobre tres?”.
Edipo da la respuesta correcta: “El hombre, que en su infancia gatea, en su juventud camina erguido y en su senectud se apoya en un bastón”.
La Esfinge plantea la segunda: “¿Cuáles son las hermanas que se engendran mutuamente?”.
Edipo vuelve a acertar: “El día y la noche” (estas dos palabras son femeninas en griego).
Una vez resuelto el enigma, el monstruo se suicida, y Edipo entra en la ciudad liberada de su maldición. Allí la reina Yocasta, viuda del rey Layo, recientemente desaparecido, decide casarse con el salvador de la ciudad. De él tendrá una prole nefanda: dos hijas, Antígona e Ismene, y dos hijos, Eteocles y Polinices.
Así se había cumplido la profecía. Y Edipo acaba matando a su propio padre, se casa con su madre y tiene de ella cuatro hijos que a la vez son sus hermanos.
La maldición de esta familia continuó con el fin aciago de los hijos de Edipo.
x
Eurídice arrobada por el canto de Orfeo.

La leyenda de Orfeo y Eurídice

Cuentan que cuando Orfeo tocaba no sólo los hombres, animales y dioses se quedaban embelesados escuchándole, sino que incluso la Madre Naturaleza  detenía su fluir para disfrutar de sus notas, y que así, los ríos, plantas y hasta las rocas escuchaban a Orfeo y sentían la música en su interior, animando su esencia.
Más de una vez este mágico don le ayudó en sus viajes, como cuando acompañó a los Argonautas y su canto pudo liberarles de las Sirenas, o pudo dormir al dragón guardián del vellocino de oro. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...

Además de músico y poeta, Orfeo fue un viajero ansioso por conocer, por aprender... estuvo en Egipto y aprendió de sus sacerdotes los cultos a Isis y Osiris, y se empapó de distintas creencias y tradiciones. Fue un sabio de su tiempo.
Con tantas cualidades, no era de extrañar que las mujeres le admiraran y que tuviera no pocas pretendientes. Eran muchas las que soñaban con yacer junto a él y ser despertadas con una dulce melodía de su lira al amanecer. Muchas que querían compartir su sabiduría, su curiosidad, su vitalidad.
Pero sólo una de ellas llamó la atención de nuestro héroe, y no fue otra que Eurídice, quien seguramente no era tan atrevida como otras y puede que tampoco tan hermosa... pero el amor es así, caprichoso e inesperado, y desde que la vio, la imagen de su tierna sonrisa, de su mirada brillante y transparente, se repetían en la mente de Orfeo, que no dudó en casarse con ella. Zeus, reconociendo el valor que había demostrado en muchas de sus aventuras, le otorgó la mano de su ninfa, y vivieron juntos muy felices, disfrutando de un amor que se dice que fue único, tierno y apasionado como ninguno.
x
Orfeo va al mismo infierno a buscar a Eurídice.
Pero no hay felicidad eterna, pues si la hubiera, acabaríamos olvidando la tristeza, y la  felicidad perdería su sentido... y también en esta ocasión sobrevino la tragedia.
Quiso el destino que el pastor Aristeo quedara también prendado de Eurídice, y que un día en que ésta paseaba por sus campos, el pastor olvidara todo respeto atacándola para hacerla suya. Nuestra ninfa corrió para escaparse, con tan mala fortuna que en la carrera una serpiente venenosa mordió su pie, inoculándole el veneno y haciendo que cayera muerta sobre la hierba.
No hubo lágrimas suficientes para consolar el dolor de Orfeo, y una noche de las muchas que pasó en vela llorando a su amada, decidió que si hacía falta, descendería él mismo a los infiernos de Hades para reclamar a Eurídice.
Fue un viaje duro, tuvo que enfrentarse al guardián de las puertas de los Infiernos, Kancerbero, quien a punto estuvo de atacar pero que finalmente respondió a la música de Orfeo como otros tantos animales habían hecho anteriormente. Así fue como nuestro músico se internó en el submundo, sin cesar de tocar y de cantar su tristeza.

Cuentan que el mismo Hades se detuvo a escucharle, que las torturas se interrumpieron, que todos encontraron un momento de paz en la visita de Orfeo.
x
Orfeo intentando retener a Eurídice que se esfuma.
Sísifo, condenado a subir una piedra hasta la cumbre de la montaña una y otra vez, detuvo su marcha; los buitres que torturaban a Prometeo desgarrando sus entrañas se posaron en el suelo y Tántalo, quien jamás podría saciar su hambre o su sed, rompió a llorar olvidando sus necesidades.
Y los Señores del Infierno, Hades y Perséfone, quedaron conmovidos por la belleza del canto de Orfeo.
Así, decidieron devolver a la vida terrenal a Eurídice, con la condición de que ésta caminase detrás de Orfeo en el viaje de vuelta al mundo de los vivos, y que éste no mirase atrás ni una sola vez hasta que no estuvieran en la superficie. Y ambos emprendieron la marcha.
El viaje fue difícil, lleno de penurias. Si la bajada al Hades había costado, el ascenso fue aún peor. Eurídice seguía herida y débil, y las sombras se cernían sobre ellos amenazadoras, el frío se colaba en sus huesos, los tropiezos eran cada vez más frecuentes. A punto ya de llegar a la salida, cuando los primeros rayos de luz traspasaron las sombras, Eurídice dejó escapar un suspiro aliviada, y Orfeo olvidó la orden de Hades y miró hacia atrás  por un instante.
Entonces su amada empezó a desvanecerse, pues la condición impuesta había sido violada, y aunque Orfeo se lanzó sobre ella en un abrazo que la retuviera, no fue más que aire lo que estrechó entre sus brazos.
Orfeo intentó entonces descender de nuevo al Hades, pero Caronte, el barquero de la laguna Estigia, le negó la entrada, y ambos apenas pudieron despedirse con una mirada a través de las aguas. Y aunque esperó Orfeo siete días con sus siete noches en el margen del lago, acabó viendo que era demasiado tarde para enmendar su error, y marchó a vagabundear por los desiertos, sin apenas probar bocado, acompañado sólo por su lira y su música.