domingo, 6 de abril de 2014

Revolución Rusa.


6º año. Material para clase y exposición.

LA REVOLUCIÓN RUSA.

Les dejo aquí informaciòn sobre el tema: texto adaptado del manual deAntonio Fernández, un video ilustrativo y algunos esquemas aclaratorios. (No va material escaneado por que no se ve bien).

También pueden consultar la página http://www.claseshistoria.com/c-maps/mapa-revolucionrusa.html
pero cuidado!!!! Allí los esquemas estan muy bien diseñados y son de mucha utilidad, si es que entiendes bien el tema y logras comprender los aspectos centrales, mucho de los cuales no están explicitados en los resumenes que acompañan esos esquemas. Por ello recomiendo que trabajen en conjunto con los materiales que aquí les dejo.


 TEXTO ADAPTADO DEL MANUAL DE ANTONIO FERNANDE´Z (Editorial VicensVives).


Problemas de la Rusia de los Zares
El problema revolucionario que convulsiona Rusia desde los primeros años del siglo XX y que culmina en 1917 es un acontecimiento crucial que marca la historia europea y mundial de nuestro tiempo.

Comprender la Revolución Rusa exige remontarse algunos años de su fecha clave, 1917, y examinar los problemas estructurales de la Rusia Zarista.

- Hacia 1900 era el mayor Estado del mundo:
o 22 millones de Km. Cuadrados
o Gigante demográfico 125 y 140 millones de hab.
Podriamos señalar 4 problemas principales:
Problema Nacional:En el inmenso imperio que se extendía por dos continentes convivían más de 150 pueblos, que hablaban múltiples lenguas y profesaban diversas religiones. El núcleo central en torno a Moscú, correspondía al grupo étnico de los “grandes rusos”, configurador de la entidad histórica del Estado, era el de mayores dimensiones 55 millones de hab. (Censo 1897). Los seguían los ucranianos o pequeños rusos con algo más de 22 millones y con censos más reducidos los bielorrusos o rusos blancos, los eslavos bálticos, los polacos, etc. En las regiones periféricas vivían pueblos inmigrados o absorbidos por el proceso de expansión imperial del zarismo, como los rumanos de Besarabia, griegos del mar negro, además de alemanes del Volga medio, demarcación étnica establecida por Catalina La Grande. Mayores problemas reasimilación se planteaban con los musulmanes que poblaron las regiones meridionales europeas y asiáticas y desde el punto de vista social, la integración de los judíos alrededor de 5 millones según los cálculos censales, muchos más según algunos demógrafos. Para mantener cohesionado este mosaico el zarismo procedió a adoptar medidas de rusificación forzada, de aquí que varias veces se calificara a Rusia como una “cárcel de pueblos”.

Cisis Económica:Durante siglos, el particularismo feudal impidió cualquier apertura económica moderna en la Rusia de los zares, dejando a la burguesía un espacio económico que imposibilitaba su propio desarrollo como clase.
La emancipación de los siervos, en 1861, liberó enormes masas humanas que posibilitaron el crecimiento económico y el desarrollo del capitalismo. De hecho, es a partir de 1861 cuando Rusia entra en la etapa capitalista y empieza a superar su atraso ancestral.
Entre 1861 y 1914 se produce el mayor desarrollo económico en cientos de años, cambiando la radiografía del país. En 1861, sólo existían el 15% de las empresas industriales que funcionaban en 1905. Entre 1881 y 1900 se crearon el 61% de las mismas.
En 1767, Rusia produjo 163.000 toneladas (ton.) de acero. Unos cien años más tarde, en 1886, esta producción sólo había llegado a 311.000 ton. En 1896, sólo diez años después, ascendió a 1,6 millones de ton. Y en 1904 alcanzó los 2,9 millones de ton. Entre 1905 y 1914, Rusia dobló su producción industrial.
Sin embargo, este colosal desarrollo no rompió el retraso respecto a otros países. En vísperas de la guerra, en la cumbre de su prosperidad, la renta nacional de la Rusia zarista era de ocho a diez veces inferior a la de Estados Unidos y sólo tenía 0,4 km. de líneas férreas por cada 100 km²., frente a los 11,7 de Alemania o los 7 de Austria-Hungría.
La clave de este atraso radica en el predominio del campo sobre la ciudad y el mantenimiento de relaciones casi feudales en el campo —a pesar de que en 1861 se procediera con gran retraso a la emancipación de los siervos—; en la debilidad de la burguesía nativa y del naciente capitalismo ruso y la dependencia exterior; y en el oscurantismo del régimen absolutista, que impedía el libre desenvolvimiento de la vida cultural y política.
El problema agrario
Rusia tenía una economía eminentemente agraria. La agricultura emplea aproximadamente el 61% de la fuerza laboral del país. Sin embargo, la renta que producía estaba muy por debajo de la renta nacional rusa, que ya por sí era muy baja comparada con los países europeos. Esta desproporción respecto a la renta nacional se debía a la baja productividad del campo ruso.
A esta baja productividad se une la desigual distribución de la tierra. En la Rusia europea —ya que no había datos fiables de Siberia y la parte asiática— el total de las tierras alcanzaba los 240 millones de deciatinas.
A esto había que añadir que las tierras de los grandes propietarios eran las de mejor calidad, y por tanto, las más productivas. Mientras, la propiedad de una familia campesina no sólo no cubría sus necesidades mínimas, sino que además les representaba una durísima carga debido a los altos impuestos que tenían que pagar.
Así, es lógico que los campesinos perdieran el 36% de su propiedad desde la emancipación de 1861 hasta 1905 a manos de los terratenientes y los bancos. En este elocuente dato vemos el fracaso de la reforma tardía de 1861.
La escasa productividad, fruto del retraso de la revolución industrial y del bajo nivel de desarrollo tecnológico, y la desigual distribución de la tierra, son la causa fundamental de la pobreza del campo ruso; es decir, de la pobreza y la miseria de la gran mayoría de la población.
La dependencia exterior
El carácter de las clases capitalistas se halla estrechamente unido a la historia del desarrollo de la industria y de la ciudad. En el censo de 1897, la población de las ciudades rusas era de 17,3 millones de personas, el 13% de la población total. Fuera de las ciudades se localizaba el 57% de las empresas y el 61% de la fuerza laboral.
El peso cuantitativo de la ciudad y la industria era, como se ve, inferior al campo. Sin embargo, su peso cualitativo en la renta nacional era muy superior: de 6.000 a 7.000 millones de rublos por año.
Esto era debido al gran desarrollo industrial que aconteció en Rusia en el último tercio del siglo pasado. No fue un desarrollo endógeno, sino exógeno, producto de las inversiones extranjeras.
Aunque protegida por las fuertes protecciones aduaneras que estableció el régimen zarista, Rusia es objetivo de suntuosas inversiones por parte de los grandes capitales europeos debido a la masiva mano de obra barata y a la riqueza energética que poseía.
El capital extranjero no sólo trajo el dinero necesario para el despegue tardío de la industria rusa sino también la tecnología y la organización del trabajo. Así, tenemos cómo en un país mayoritariamente agrícola y atrasado se ponen en marcha las industrias más modernas de aquel entonces.
Este desarrollo desigual y combinado, propio de los países atrasados como Rusia, hizo posible un gran fortalecimiento de la clase obrera industrial. Mientras que las empresas de más de mil  trabajadores concentraban en Estados Unidos al 17,8 % del proletariado industrial, en la Rusia zarista aglutinaban al 41,4 %. En la zona de Petrogrado esta concentración era del 44,4 % y en la región de Moscú del 57,3 %.
Las estadísticas demuestran que se duplicó las superficie dedicada al trigo y la patata entre 1900 y 1910, y que en ese período creció un 40 % la producción industrial. Pero este aumento no repercutía en el consumo popular, que en cambio menguaba en los años de crisis. La influencia de los productos alemanes y la culminación del transiberiano produjeron paro y hambre. Entre 1900 y 1904 aumentaron las revueltas campesinas y reiniciaron en los centros urbanos huelgas, que jugarían un papel determinante en la suerte de la revolución. En 1903 doscientos mil obreros se enfrentaron a las compañías petrolíferas en el primer ensayo de movilización popular.

Autocracia Política. Aunque la revolución industrial había sido tardía, hacia 1913 Rusia presentaba un mapa económico con varias regiones industriales. Por eso parece sorprendente que en el plano político no hubiera adoptado ninguna medida modernizadora. Era un régimen absoluto, detentado por la autoridad omnímoda del Zar. No existían partidos políticos, elecciones, parlamento, libertad de prensa, ni carta de derechos que pudiera llamarse Constitución. Carente de educación política, Nicolás II respondía con recursos policiales severos ante cualquier demanda popular.

Crisis Social. En lo alto de la pirámide social de la Rusia zarista se hallaba el zar y su familia. El zar era el principal terrateniente del país y el máximo jefe militar. El zar era también el principal representante de la nobleza.
La nobleza estaba compuesta por 60.000 familias que no alcanzaban en conjunto el medio millón de seres; es decir, el 0,4 % de la población. La nobleza explotaba propiedades agrícolas, fundamentalmente. La alta nobleza terrateniente, unas 16.000 familias, menos del 0,1% de la población, era propietaria de más del 25 % de la tierra. Y de ellas, unas mil familias poseían el 12 % de la tierra.
La reforma de 1861 no perjudicó ni dañó sus intereses, ya que los nobles se desembarazaron de una servidumbre muy ociosa e improductiva —la mayoría de los nobles empleaba ya trabajadores asalariados— recibiendo cada año de los campesinos 250 millones de rublos en concepto de pagos de rescate, lo que en gran parte originó la ruina y el empobrecimiento de millares de familias campesinas.
Los nobles, además, controlaban los puestos claves de la estructura de mando del ejército —la inmensa mayoría de los oficiales del ejército eran de origen noble—, los cargos y puestos burocráticos de la administración local y central y hasta la jerarquía ortodoxa eran de origen noble. De hecho, el padre del fundador de la dinastía de los Romanov, Miguel III, era el patriarca de Moscú.
La nobleza contaba así con tres importantes armas: el ejército, la Iglesia y la administración del estado. El primero encuadraba a un millón de hombres en tiempos de paz, multiplicándose por diez esta cifra en tiempos de guerra. El mantenimiento del ejército y la marina imperial consumía una parte considerable del presupuesto.
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La Iglesia y los municipios poseían en conjunto 8,8 millones de deciatinas, más que la familia imperial. Además, la iglesia controlaba el sistema educativo y ejercía una gran influencia en la población iletrada, que era mayoritaria.
La posición política de los nobles era contraria a cualquier apertura que implicara la más mínima pérdida de sus privilegios. En palabras del Conde Saltikov, representante en la I Duma: "¡Ni una pulgada de nuestras tierras, ni un grano de arena de nuestros campos, ni una brizna de hierba de nuestros prados, ni una rama de nuestros bosques!".
La burguesía capitalista rusa era muy débil y minoritaria, pero creció enormemente entre 1861 y 1914 debido al desarrollo económico. Sin embargo, estaba en una posición dependiente y subordinada al capital extranjero. Su poder económico e influencia política creció en ese período, aunque no lo suficiente para representar una amenaza seria para la autocracia zarista. Además, tanto la burguesía financiera como la industrial y comercial tenían vínculos importantes tanto con el capital extranjero como con la nobleza y el estado.
Gran parte de las ganancias obtenidas por la burguesía en sus negocios bursátiles e industriales fue invertida en la compra de propiedades agrícolas a los nobles, con lo que junto a la nobleza terrateniente anclada en el feudalismo fue apareciendo una nueva capa de propietarios capitalistas.
El partido que representaba los intereses del ala liberal de la burguesía era el Partido Constitucional-Demócrata. Este partido quería la liquidación del absolutismo y la promulgación de una Constitución liberal que implantara una monarquía parlamentaria. El principal líder de los cadetes era Miliukov.
Junto a los capitalistas se desarrolló una "clase media" urbana compuesta por los profesionales de la inteligencia (abogados, periodistas, médicos, ingenieros, catedráticos,...) que, en comparación con las clases humildes, gozaba de un decente nivel de vida.
Sin embargo, un importante sector se dedicó a la instrucción de los campesinos mediante los zemstvos (consejos rurales, una especie de ayuntamientos con poderes muy limitados), tomando conciencia del problema campesino y uniéndose a las filas de los eseristas.
El campesinado, la pequeña burguesía agraria, era la clase mayoritaria. No hay datos precisos, pero se habla de entre diez millones y doce millones de familias campesinas, casi dos tercios de la población.
No era una clase homogénea. Había un pequeño sector de campesinos ricos que estaba vinculado económicamente a los grandes propietarios, ya fueran nobles o burgueses. Otro sector explotaba propiedades de tipo medio que normalmente tenían trabajadores a su cargo. Un amplísimo sector explotaba pequeñas parcelas de carácter familiar totalmente inviables desde un punto de vista económico.
El partido más representativo de la clase campesina era el Partido Social-Revolucionario ("eseristas"). Los eseristas era un partido revolucionario campesino que quería la confiscación de las tierras y su entrega, previa indemnización, a los campesinos, el llamado "reparto negro", el reparto igualitario de la tierra.
Los eseristas estaban divididos en dos tendencias: la derecha, mayoritaria, liderada por Kerenski, Chernov y Avxéntiev, eran "representantes de los campesinos ricos, de los intelectuales y de las capas políticamente atrasadas de la población de las zonas rurales" (Diez días que conmovieron al mundo. John Reed). La izquierda, liderada por Spiridónova, representaban a los campesinos pobres.
Con la revolución, las dos fracciones constituyeron partidos separados. El ala izquierda pronto fue superior en número e influencia y se unieron a los bolcheviques en los primeros gobiernos revolucionarios.
Según el censo de 1897, había 9,4 millones de asalariados. Contando a sus familias, el 27,6 % de la población. De ellos 2,1 millones eran improductivos (criados, porteros, ordenanzas, etc.). Los jornaleros del campo, los artesanos, los pescadores, etc, alcanzaban cuatro millones. Los 3,3 millones de trabajadores restantes (minas, bienes de equipo, ferrocarriles, construcción y comercio) constituían el corazón del proletariado y producían la mitad de la renta nacional rusa.
La clase obrera rusa —en particular el último sector— estaba bastante concentrada en torno a las ciudades de Petrogrado y Moscú, lo que facilitó la extensión de las ideas marxistas. El principal partido obrero era el POSDR (Partido Obrero Socialdemócrata Ruso), de ideología marxista. El término socialdemócrata en aquella época equivalía a socialista y revolucionario.
 


El Primer Ensayo. La Revolución de 1905.
La guerra contra Japón revivió algunos fenómenos sociales.La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 se convertiría en el detonante de la protesta popular contra el régimen. Este conflicto se produjo por el choque bélico de dos imperios en expansivos en Manchuria. Baste decir que las sucesivas derrotas terrestres y navales, primero de la flota del Pacifico y después la del Báltico, la incapacidad bélica del ejercito Zarista y la insuficiencia de la red ferroviaria para el traslado de tropas y materiales. Tras la derrota al firmarse la paz de Portmouth , arreció la protesta popular. Uno de posrevolucionarios más lúcidos, Trotski, anotó la importancia que tendría en el futuro, para derribar al zarismo, la explotación de una guerra y una derrota.

a) El Terrorismo. A lo largo de 1904 se reanudó la actividad terrorista del partido socialista revolucionario.., y como respuesta de la represión gubernamental, piloteada por el ministro del interior Plebe, asesinado a mediados de julio.
b) Se incrementaron las demandas de Apertura Política por parte de los zemstvos, asambleas de distrito.
c) Se multiplicaron las huelgas las de diciembre en Bakú, Moscú y San Petersburgo agravaron la tensión.
Tras un otoño lleno de movilizaciones, el 3 de enero de 1905 estalla la huelga en la fábrica Putilov. El 7 el número de huelguistas se eleva a 140.000. El 9, una multitud de obreros liderados por el cura Gapón marchó pacíficamente al Palacio del Zar para entregarle una súplica. El ejército salió al paso. La matanza del domingo sangriento fue el inicio de la revolución. La huelga se extendió a 122 ciudades y reinó en el país por espacio de unos dos meses. Tras el 9 de enero, la revolución no conoce descanso. En junio los marineros del acorazado Potemkim se sublevan. En septiembre comienza una nueva oleada de huelgas. En octubre los ferroviarios se unen a la huelga y paralizan el país. Los soviets se generalizan por todo el país. Esta vez el zar cede y coloca al conde Witte al frente del gobierno el cual promete la elección de una Duma. La huelga se difumina.
En noviembre, alejada ya la amenaza revolucionaria, el régimen hace detener al Soviet de Petrogrado, que actúo como líder del movimiento revolucionario.
La revolución de 1905 constituyó una fuente inagotable de lecciones para toda la sociedad rusa. El POSDR que actúo unido durante toda la revolución se unificaría en el Congreso de 1906, donde se establecerían tres concepciones diferentes de la revolución unidas a tres grandes dirigentes: Plejanov, Lenin y Trotsky.
De 1905 a la guerra mundial
En junio de 1906 se reúne la I Duma del Estado, con mayoría cadete, que solicita un verdadero régimen parlamentario. El nuevo primer ministro, Stolipin, intenta tras una reforma agraria crear una clase media campesina (kulaks), para impulsar la economía del país. Las reformas acaban con el sistema de los mir y producen una mayor concentración parcelaria que incrementa el proletariado agrícola, lo que aumenta la influencia de los partidos socialistas en la II Duma.
Rasputín
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Mientras, el movimiento iniciado en 1905, agotado en la capital, se extendía por todas las aldeas. Debido a las continuas huelgas y agitaciones sociales, se modifica el sistema electoral, eligiéndose la III Duma (1908) de orientación autocrática, llamada de "los señores, popes y lacayos". La corte del zar es dominada ahora por el llamado "enviado de Dios", el campesino siberiano Rasputín (Grigori Yefimovich Rasputín), que ejerce una nefasta influencia en la zarina.
El desastre de la guerra
Al estallar la primera guerra mundial (1914), Rusia no estaba preparada para una contienda larga. El ejército zarista carecía de todo: armamento moderno, medios de transporte, eficaces cuadros de mando, tácticas adecuadas, una red logística...; menos de hombres.
Rusia se vio implicada en una guerra imperialista en la que no podía jugar ningún papel decisivo, más que el de comparsa de sus aliados occidentales dueños de gran parte del país. Por ello, el soldado ruso no sabía por qué causa tenía que morir en el frente. Muy pronto, esta falta de motivación y las deficiencias del ejército hicieron que el frente se desplomara y los alemanes ocuparan las provincias de Polonia y Lituania.
Los soldados carecían no sólo de armas, sino de botas. Los víveres escaseaban. En este contexto, la disciplina militar tendía a quebrarse. Los desertores se contaban por miles. Las unidades militares existían sobre el papel, pero en realidad no eran otra cosa que una gran masa humana mal alimentada, enferma, indisciplinada y peor dirigida.
Los guerra desorganizó la economía y las tiendas estaban vacías. Faltaban los alimentos indispensables. El pueblo tenía hambre. Las huelgas se generalizaron. A los gobernantes no se les ocurrió otra cosa que enviar a los huelguistas al frente como castigo. Esta medida lo único que consiguió fue poner en contacto a los obreros revolucionarios con la amplia masa de soldados que en su gran mayoría eran campesinos atrasados. Las ideas revolucionarias prendieron con rapidez. Se organizaron soviets y en el ejército sólo se hablaba ya de paz.
La revolución burguesa de febrero
Hombres al frente
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Estando la mayoría de los hombres jóvenes en el frente eran las mujeres y los hombres más maduros los que se ocupaban de las tareas productivas. El porcentaje de mujeres empleadas en la industria era del 40 %. El día internacional de la mujer, 23 de febrero —8 de marzo, en el calendario gregoriano que se sigue en Occidente—, comenzó la revolución. Las mujeres de la barriada obrera de Viborg, en Petrogrado, decidieron ir a la huelga. Nadie las convocó. Lo decidieron en asamblea. Sus maridos, sus hijos, sus novios morían en el frente más de hambre y frío que por las balas alemanas. En la ciudad no había alimentos. Los niños pedían pan. Y cuando eso ocurre nada ni nadie puede parar a una madre.
La izquierda, incluso los bolcheviques —mayoritarios en Viborg—, que había aconsejado no ir a la huelga y esperar, se vieron sorprendidos por la fortaleza del movimiento: 90.000 obreras tomaron las calles al grito de "pan, paz, libertad" y los cosacos, las tropas más leales al régimen, se negaron a disparar.
El estado zarista no sólo no tenía tropas que reprimieran el movimiento, sino que además las tenía ya en contra. La escuadra del Báltico se sublevó y los marinos fusilaron a los oficiales. Hasta la Guardia personal del zar se sublevó. La huelga de las obreras se convirtió en huelga general y de ahí se pasó a la insurrección. Los partidos de izquierda, mencheviques, social revolucionarios y bolcheviques, sobre todo, se pusieron al frente del movimiento y junto a los regimientos sublevados se apoderaron de toda la ciudad y detuvieron al Gobierno.
El zar, reunido con sus asesores, pensó en un cambio de gobierno para detener la revolución. Pero el reloj político del zar iba muy atrasado. La revolución contaba en horas y días. El zar en semanas y meses. Toda la burguesía, los generales de los frentes de guerra y gran parte de la nobleza le aconsejaron la abdicación en favor de su hijo o su hermano. Pero, cuando el zar se decidió a hacerlo fue bastante tarde. Para entonces las masas pedían la república.

La Aportación Teórica de Lenin.
La Revolución Rusa de 1917 no hubiera sido posible o hubiera sido radicalmente diferente sin el aporte teórico de Lenin sobre el pensamiento de Marx. Vladimir Ilich Ulianov había nacido en 1870 en una pequeña aldea a orillas del Volga. Tenía 17 años cuando fue ejecutado uno de sus hermanos por participar en un complot contra el Zar. Este acontecimiento lo convenció de que había pasado el tiempo de las acciones individuales y era preciso recurrir a los movimientos de masas. Durante su época de estudiante en Kazan y San Petersburgo se inicia en el Marxismo y emprende una activa propaganda entre los obreros. En 1900 tiene que abandonar Rusia y moverse entre los grupos emigrados. Su regreso en el año 1917 fue, con casi total seguridad, facilitado por una maniobra Mayor del Estado Alemán, que lo envió con otros dirigentes socialistas en un vagón sellado, para suscitar en el interior de Rusia un movimiento pacifista, del que los socialistas habían sido los abanderados. Durante la guerra escribe dos obras fundamentales”el Imperialismo estadio supremo del capitalismo (1916) y El Estado y la Revolución (1917). Lenin considera que las ideas de Marx se han elaborado en otras circunstancias históricas “No consideramos las teorías de Marx como algo definitivo e intangible” Marx ha conocido el capitalismo en el marco de a primera revolución industrial, en la que los aspectos financieros son poco decisorios frente a los técnicos.

En su libro “El Imperialismo estadio supremo del capitalismo” Lenin estima que el capitalismo ha pasado de la forma industrial a la forma financiera, y de ese modo a la lucha de clases se ha añadido la lucha política entre los Estados (guerra por los mercados, materias primas, colonias, etc.). Formula por lo tanto un planteamiento mundial de las contradicciones del capitalismo. Así modifica ciertos teoremas marxistas. Ya no es la base revolucionaria el proletariado de los países ricos, cuyo nivel de vida les hace abandonar las banderas revolucionarias – a un capitalismo podrido corresponde un socialismo podrido -, sino el proletariado de los países atrasados.
Ha de comenzarse la revolución en un país pobre, que a escala mundial pueda considerarse un país proletario, pero que al mismo tiempo posea cierto grado de industrialización, masas obreras. Explica con este planteamiento la posibilidad de la Revolución en Rusia. Al principio Lenin esperó que se produjera la revolución en Alemania, por la fuerza que había adquirido el socialismo en esta gran potencia industrial, pero luego centró sus esperanzas en Rusia. Esta rusificación, por así decir, de la Revolución social, es la primera aportación de Lenin.

La segunda se ciñe a su estrategia de la revolución. Un proceso revolucionario no es algo fatal - Lenin entiende que se ha exagerado el fatalismo de Marx – sino algo que se prepara, como una guerra; el determinismo cede ante el voluntarismo. Lenin supera a sus maestros del siglo XIX en tres puntos decisivos:

El papel del Partido. Marx y Engels habían hablado del movimiento proletario, en general. Lenin subraya la importancia del partido, “vanguardia del proletariado”, cohesionado con una fuerte disciplina.

El Papel de los Intelectuales. Se había llegado a afirmar en algunos movimientos socialistas europeos que los obreros, sin ayuda, realizarían la revolución. Lenin cree que solo los intelectuales son suficientemente dialécticos para captar las interrupciones de la acción que imponen las circunstancias de lucha social; su aportación es imprescindible.

El papel de los Campesinos. Marx los consideraba ejemplos de embrutecimiento, masas propensas al reaccionismo. Los narodniki (populistas) rusos lo habían, en otro extremo, idealizado; para ellos eran los campesinos la única base revolucionaria. Lenin es menos idealista que los narodniki, pero consideraba necesario su apoyo: El verdadero éxito de la Revolución Rusa comenzará verdaderamente cuando la masa campesina, caminando al unionismo con el proletariado, asuma un papel revolucionario activo,” escribe en 1905.

La Revolución Burguesa: Febrero de 1917
Las penalidades de la guerra y el deficiente abastecimiento de Petrogrado van a derribar al Zarismo en cinco días. El 23 de febrero se inician manifestaciones masivas de mujeres, solicitando “la paz y el pan” con gritos de “abajo la autocracia” Los días siguientes aumentaron las manifestaciones sin que el Zar les de importancia, considerando de que se trata de un movimiento reducido a la capital y que dispone de una guarnición numerosa para restablecer el orden. Los dirigentes zaristas no tienen en cuenta un hecho esencial; las tropas son en gran parte de reciente reclutamiento, poco propensas a ejercer violencia sobre el pueblo en la noche del 26 al 27de febrero los soldados se amotinan y fusilan a los oficiales. Ya de día obreros y soldados confraternizan, se liberan a los prisioneros políticos y se constituyen comités Soviets. Kerenski apoya al soviet de Petrogrado, en su periódico lanza una llamada al país para que todos los ciudadanos rusos “emprendan a lucha contra el zarismo, formen soviets, asuman la gestión de los asuntos locales y reúnan una Asamblea Constituyente”.

Un estallido espontáneo de las masas expresadas por la escasez ha sorprendido a las autoridades zaristas, pero también a los partidos revolucionarios, que no saben reaccionar. Se establece un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov, sin el consentimiento de Nicolás II; los socialistas moderados apoyan a este gobierno; Lenin hablará mas tarde de entrega del poder a la burguesía, de una ocasión perdida. En este momento el zar carece de toda autoridad, y es abandonado por el ejército. Se establece un doble gobierno: el provisional, constituido por los diputados de la duma y los soviets, que se afanan en conseguir el control de los centros de comunicaciones y estimulan la aparición de nuevos soviets en otros lugares de Rusia. El gobierno provisional toma tres decisiones:
- Convocar una Asamblea Constituyente
- Conceder una amnistía
- Continuar con la guerra

En el soviet de Petrogrado tienen una fuerte participación los mencheviques, los cuales según el testimonio de Trotski, solo ansiaban en ese momento construir la oposición de la futura Asamblea Constituyente. Los bolcheviques estarán al margen en las primeras semanas, pero esto evitó su desgaste y propició su mayor influencia posterior; antes de la llegada de Lenin se sienten desconcentrados, en una postura blanda, que se limita a presionar sobre el gobierno.

Nicolás II abdica el gran Duque Migue, pero este tras algunos titubeos renuncia, a la expectativa de lo que decida la Asamblea Constituyente. La noticia de la doble abdicación provoca una explosión de alegría en toda Rusia. Oradores improvisados, regreso de exiliados, entusiasmo popular. Millares de cartas, mensajes y telegramas son remitidos al Soviet de Petrogrado a Kerenski y a la duma, escritos que se constituyen en auténticos cuadernos de quejas de la Revolución Rusa. Los obreros piden el programa mínimo de la socialdemocracia: jornada de 8 horas, seguridad en el empleo, formación de comités de fabricas. Las reivindicaciones de los campesinos son más radicales: propiedad de la tierra que trabajan, distribución gratuita de todas las grandes propiedades abandonadas. Los soldados solicitan unánimemente el fin de la guerra, que se conceda una pensión a sus esposas y una indemnización a los heridos y mutilados.
La burguesía que se había adueñado del poder no esta en condiciones de atender toda esta lista de reivindicaciones de obreros, campesinos soldados y los pueblos alógenos que pedían autonomía o la instalación de una república federal.

Según M.Ferro “En febrero el gobierno y los soviets se mantienen en equilibrio: el primero tenía el poder sin la fuerza, el segundo la fuerza sin el poder”

Lenin llega a San Petersburgo el 3 de abril y critica la postura blanda de colaborar con el gobierno, que es defendida por Kaménev. En las “Tesis de Abril” Lenin sostiene la necesidad de pasar a la segunda etapa, el rechazo del gobierno provisional y su decisión de proseguir la guerra. En la conferencia del partido de toda Rusia, triunfa la postura de Lenin y se adopta la consigna “Todo el poder a los Soviets”.

En mayo el gobierno modifica su composición, dando entrada a socialistas que representan a los soviets. En junio el congreso de los soviets, inspirados por los Bolcheviques, da un paso más, no acepta la gestión gubernamental; su comunicado es una declaración de guerra contra el gobierno.


Desde Febrero a octubre la revolución de 1917 no ha sido un movimiento lineal, las crisis de abril, julio, setiembre, lo han acelerado o frenado. Solo los obreros y los soldados participan en la toma del poder en octubre. El fermento han sido los bolcheviques o más exactamente un embrión de estado proletario que se ha radicalizado, bolchevizado por la prosecución de la guerra y por la falta de soluciones del régimen de febrero.

La revolución bolchevique. Octubre de 1917

En setiembre se han enfrentado dos sectores de Rusia. Kornilov representa a millones de de hombres que colocan por encima de todo la defensa nacional; Kerenski a los millones de hombres que están dispuestos a defender la revolución política, ya realizada con el derrocamiento de los zares, contra los enemigos de fuera y de dentro. Lenin representa al tercer sector, decidido a apoderarse del poder para realizar la revolución social. Para comprender su triunfo en octubre es necesario tener en cuenta dos fenómenos:
El nacimiento de un embrión de estado proletario – de hecho – con el hundimiento de las instituciones Zaristas. El llamamiento del soviet de petrogrado en febrero ha cubierto a Rusia de comités y de centenares de sindicatos, se han formado milicias obreras, millones de solados se han emancipado. El soviet de petrogrado se ha convertido en la cabeza indiscutida de esta ebullición nacional.
El apartamiento de la derecha y de su fuerza militar de cualquier relación con el gobierno de Kerinski, a partir, del fracaso y detención de Kornilov. Los batallones cosacos, que consideraban a Kornilov como su caudillo, se niegan a disparar en octubre, por que les es indiferente lo que pueda ocurrirle al gobierno de Kerenski.

Para oponerse a la reacción militar derechista el gobierno provisional ha tenido que llamar a todas las fuerzas populares, incluso los bolcheviques, quienes de esta manera salen de la semiclandestinidad en que se encuentran desde julio. Lenin ve la situación con toda claridad, privado del apoyo del ejército, el gobierno no puede, como en julio reprimir un levantamiento de las fuerzas populares.

El 9 de octubre Lenin llega a Petrogrado y al día siguiente, en una reunión del comité central bolchevique, se decide por 10 votos contra 2 iniciar la insurrección armada. Seis días después se crea en el seno del soviet de petrogrado un comité militar revolucionario, dirigido por Trotski.
La noche del 24 de octubre Lenin se instala en el instituto Smonly, sede del soviet de Petrogrado y del comité central bolchevique para dirigir las operaciones. El 25 de octubre las fuerza bolcheviques entran en acción y ocupan puntos estratégicos de la capital, sin derramamiento de sangre. El acorazado Aurora apunta sus cañones sobre el palacio de Invierno donde esta reunido el gobierno, al que fallan sus resortes militares, no llegan los refuerzos. Kerenski huye y otros miembros del gobierno son detenidos. El soviet de petrogrado y su comité militar revolucionario han organizado una victoria casi incruenta y lanzan un manifiesto la tarde del 25 de octubre.

La revolución se había hecho bajo la consigna todo” el poder a los soviets”, pero realmente no van a ser los soviet los que controlen la situación, sino solamente uno de sus sectores, el más audaz y el más preparado, los bolcheviques.
Todos los testimonios de la época rinden tributo a la energía de Trotski en esos momentos decisivos, pero la estrategia suprema de la revolución había sido dirigida por Lenin; figura indiscutible que preside el primer comité de comisarios del pueblo, en que son nombrados además entre otros Trotski (Asuntos Exteriores), Rikov (interior), Lunachardski (Educación Nacional) y Stalin (comisariado de nacionalidades).
 
 
 

 Video editado sobre REvolución Rusa.


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 Y luego......

El régimen bolchevique

Tras la toma del poder por los bolcheviques, éstos se encuentran muy aislados y con numerosos problemas. Sus aliados, los eseristas de izquierdas, se niegan a seguir el ritmo revolucionario que imponen los bolcheviques. El primer enfrentamiento llegará con el problema de la Asamblea Constituyente.
En este Parlamento, elegido por sufragio universal, los eseristas tienen mayoría con cerca del 45 % de los diputados. Los bolcheviques obtienen un cuarto de los diputados. El problema radica en que este parlamento no representa la realidad del Partido Social-revolucionario, ya que, los candidatos fueron designados por la dirección del partido antes de la escisión del ala izquierda que era mayoritaria en las bases y en el campo.
Ante la negativa de la Asamblea Constituyente de aprobar la Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado —aprobada por los soviets—, los bolcheviques la abandonan y a continuación un destacamento de guardias rojos entra en el hemiciclo y da por terminada las sesiones. Es el fin de la democracia parlamentaria en Rusia y la sanción definitiva de la fórmula soviética.
En virtud de la paz firmada, Rusia perdía las repúblicas bálticas, Polonia, Ucrania y Bielorrusia. Los comunistas de izquierda junto a los eseristas de izquierda tienen mayoría en los soviets y de hecho pueden derrocar al Gobierno de Lenin y Trotsky y establecer un gobierno que continúe la guerra. Finalmente, Bujarin acepta el punto de vista mayoritario ante la campaña terrorista desatada por los eseristas para provocar a los alemanes.
El comunismo de guerra (1918-21)
Poco tiempo después de la firma de la paz, comienza la guerra civil con el levantamiento de la Legión Checoslovaca: unos 50.000 hombres con mandos franceses. En poco tiempo llegan al Volga. Ante el éxito de la operación, los aliados deciden intervenir con el objetivo de ahogar la revolución y restaurar el régimen.
En el norte desembarcan un destacamento anglo-francés con unos 40.000 hombres; en Vladivostok, 100.000 japoneses; en el Sur el general zarista Denikin organiza un ejército de voluntarios con material y suministros británicos, la guardia blanca; los franceses se apoderan de Odessa, Ucrania y Crimea; los ingleses se hacen con los pozos petrolíferos del Cáucaso y el Don. Entran en la batalla, tropas norteamericanas, polacas, alemanas y serbias.
La situación es desesperada. Los bolcheviques organizan el ejército rojo al mando de Trotsky que resiste durante los treinta meses que dura la contienda. Finalmente, la oleada revolucionaria que agita Europa y los éxitos militares de los rojos hacen que se firme un nuevo armisticio.
La industria produce 13 % de la producción de antes de la guerra. La producción de acero sólo supone el 2,4 %, la de hierro un 1,6 %. El 63 % de las vías férreas están inutilizadas. La superficie cultivada se ha reducido en un 20 %. Los kulaks prefieren sacrificar su ganado antes de que lo requisen.
En este contexto, se produce la revuelta de Kronstadt, una base naval cercana a Petrogrado de gran tradición bolchevique. Asimismo, existen no menos de 50 focos de alzamiento campesino. El más importante, el del caudillo Majno, controlaba toda Ucrania. El partido decide cambiar su política.
La Nueva política económica (1921-28) 
La Nueva política económica representó un retroceso temporal motivado por las consecuencias de la guerra. Se trata de un período de transición donde se mezclan elementos socialistas y capitalistas en la economía.
Se eliminó el requisamiento forzoso, se devolvieron gran parte de las tierras a los kulaks, creándose un mercado libre interior. Al mismo tiempo, el estado creaba las grandes granjas estatales, los sovjós, y las cooperativas de explotación agraria, los koljós.
Se desnacionalizaron las empresas de menos de 20 trabajadores, autorizándose la jerarquía de salarios y las primas de producción en las empresas privadas. Se autorizó la presencia de técnicos extranjeros. Se fija un impuesto en "especie" y se autorizan, bajo control estatal, las inversiones extranjeras. El sistema estatal quedó dirigido por el Soviet Supremo de Economía.
La Nueva política económica (NEP) trajo estabilidad y permitió recuperar los niveles de producción anteriores a la guerra.
La organización del estado
La Constitución de 1918, precedida por la Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado, entró en vigor en 1921, tras la guerra civil. La Constitución consagraba el sistema soviético. El poder se encontraba en el Congreso de los Soviets, que elegía un Comité Central (Parlamento), a quién rendía cuentas un Consejo de Comisarios del Pueblo (Gobierno).
Al constituirse la URSS se creó el Parlamento, que se hizo bicameral, con un Soviet de la Unión y otro de las Nacionalidades. La URSS se organizó como un sistema confederal, donde las repúblicas conservaban su derecho a la separación.
El triunfo de la burocracia estalinista
Debido a las draconianas condiciones de la guerra civil, el aislamiento de la revolución, el fracaso de la revolución europea, la muerte de numerosos cuadros bolcheviques, las dificultades económicas, etc. empezó a surgir una casta burocrática en el seno del partido, en la retaguardia y en el aparato del estado.
En 1922, Lenin advirtió de este peligro. La burocracia emergente se adueñaba de los soviets, los sindicatos, las células y comités del partido y representaba de hecho un peligro contrarrevolucionario.
A partir de 1923, con la enfermedad de Lenin, Stalin representó esta nueva capa social que dirigía una contrarrevolución política. El pronóstico elemental del leninismo había sido que en virtud del atraso de Rusia una revolución obrera victoriosa sólo podía sobrevivir con la ayuda de una revolución en Occidente, concretamente en Alemania. En caso contrario, la revolución soviética degeneraría o fracasaría.
En 1924, con la asunción de la teoría antimarxista del "socialismo en un solo país", la burocracia rusa salió definitivamente a la superficie. La oposición leninista, liderada por Trotsky, no podía luchar contra tal cúmulo de fuerzas sociales y fue finalmente derrotada.
El estalinismo se convirtió en una deformación grotesca del socialismo, una especie de esperpento soviético, que acabó con la democracia obrera e impuso una dictadura totalitaria. Sin embargo, la burocracia no se sintió tranquila hasta que no acabó con la dirección bolchevique que hizo la revolución.
Así, a lo largo de los años 30 se produjeron numerosas purgas que acabaron con el fusilamiento de cientos de miles de bolcheviques, entre ellos los principales dirigentes, excepción hecha del dictador Stalin. Trotsky fue asesinado por un agente estalinista en México, donde vivía exiliado.
La colectivización forzosa
En 1928, Stalin acabó manu militari con la NEP. Las tropas llegaban a las aldeas y "colectivizaban" las tierras. Unos diez millones de personas fueron recluidas en Siberia acusadas de kukaks. Ante tanta violencia innecesaria, los campesinos pobres, verdaderos beneficiados de esta nueva revolución agraria, se unieron a los kulaks y hubo que asaltar militarmente numerosas aldeas.
El desastre es total. Hasta una década después el sistema colectivista no igualará la producción de 1927, al implantar la mecanización de las grandes granjas colectivas.
La planificación 
La colectivización agraria fue un desastre, no así la planificación de la industria. Eliminado el sector industrial privado, el primer plan quinquenal (1928-1932) se centró en la producción de bienes de equipo y fortalecer la industria pesada.
El resultado fue inmejorable: la producción eléctrica se quintuplicó, la de acero se dobló. El aumento de la producción industrial fue del 250 %, y esto en los años de la gran depresión en el mundo capitalista. El socialismo, a pesar de la caricatura burocrática, comenzaba a demostrar en el terreno de los hechos, las cifras y los números, su superioridad.
La estalinización.
Para sobrevivir los Bolcheviques, con León Trotzky, tuvieron que hacer un ejército rojo poderoso con oficiales del Zar y soldados que eran paisanos y no forzosamente de sus mismos ideales. Pero lo lograron. Para mantener el poder en estas difíciles condiciones era importante que el Partido fuera altamente disciplinado. Lenin creía firmemente en la importancia de pertenecer a una gran nación y pensaba que si se dejaba el nacionalismo de lado, pensando que las nacionalidades que conformaban Rusia eran solamente una gran clase trabajadora, se podía armonizar las situaciones. En 1922 un tratado de formación de la URSS fue firmado por la Federación Rusa, Ukrania, la República Transcaucasiana y Bielorrusia.
Después de la muerte de Lenin, hubo poco poder en la cumbre mientras Stalin, como secretario del partido, responsable de los nombramientos administrativos, iba poniendo gente fiel en puestos claves. En 1929 ya su poder era indiscutible. Inició la industrialización con las granjas colectivas donde de nuevo eran los paisanos que pagaban las costas, hizo la gran purga de 1937-38 donde millones de rusos fueron muertos o mandados a trabajos forzados y aumentó la vigilancia hacia los enemigos del partido.
El principal dilema de Rusia era Alemania en relaciones exteriores. Podían ser amigables con Alemania esperando que se expandiera en otras partes como lo hizo el Zar, cuyo resultado fue que perdieron la primera guerra mundial a su lado o juntarse con los enemigos de Alemania con la esperanza de limitar su expansión como lo hicieron en la segunda guerra mundial que ganaron con los aliados. Los resultados de la primer guerra mundial ayudaron al desplazamiento del Zar.
En junio de 1941 Hitler invadió Rusia que estaba desprevenida infligiéndole sangrientas bajas. Es que la paranoia de Stalin lo llevó a destruir las cúpulas del Ejército Rojo en 1937-38 y tardaron unos cuantos años en restablecerse. Más tarde, en 1941, por Pearl Harbor los EE.UU. entraron en guerra contra Alemania-Japón. A través de un sistema de alquiler-compra (leasing) los EE.UU. pudieron dar mucho material de ayuda a Rusia. La lucha en el frente ruso fue mas brutal y bárbara que en frentes occidentales.
Cuando los alemanes no pudieron tomar Moscú en 1941, la guerra se empantanó hasta que los rusos ganaron la batalla de Stalingrado (ciudad del Volga donde Stalin había ganado una batalla en la guerra civil) en febrero de 1943, lo que marcó el comienzo del fin del III Reich. Siguieron las batallas sangrientas mientras los rusos avanzaban hacia Berlín donde pusieron su bandera en mayo 1945. Entonces declararon la guerra a Japón y tuvieron algunas fuertes batallas antes que cayeran las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki que trajeron la rendición de Japón.
Stalin murió de repente en marzo de 1953.
La desestalinización.
La desestalinización empezó apenas éste murió. Primero se anunció que no existió una conjura de sus médicos. En junio 1953 fue arrestado Beria, jefe de la KGB, el servicio secreto ruso, que era temido de todos. Beria fue ejecutado. El que usó con mas éxito la destanilización fue Nikita Khrushchev, nuevo secretario del partido. En 1956 denunció en un discurso las aberraciones de Stalin y liberó a millones de prisioneros de los campos de trabajos forzados.
La oligarquía del partido que hizo dimitir a Krushchev puso en su lugar a Leonid Breznev. Este, que entró con toda suavidad, logró eliminar de sus puestos a sus opositores e iniciar un miniculto personal hacia mitades de los años 1970.
El comienzo de la distensión.
Los fines de Breznev eran obtener una regularización de las relaciones con occidente y obtener así los beneficios del comercio mundial pero sin relajar la sociedad comunista hasta un punto tal de perder el control social o económico. La Unión Soviética preocupó a occidente por sus movimientos en el tercer mundo pero el resultado que hoy vemos de ello es una marginalización del comunismo en las estructuras políticas y económicas globales. Después que Breznev murió, en 1982, tuvo dos sucesores que duraron un año cada uno y luego vino en primavera 1985 un hombre joven con un programa de grandes cambios.
La perestroika de Mijaíl Gorbachov.
La idea de la reestructuración de Gorbachov era mantener una doctrina comunista con una estructura económica similar al capitalismo. Ciertos partidos socialistas de Europa ya habían dado ejemplos al respecto. Con su Glasnoist (clarividencia) además buscaba hacer un país lógico de una retórico.
La tarea necesitaba mucha valentía, porque se adentraba en situaciones políticas y económicas de menor estabilidad que él y Rusia supieron sobrellevar. Las reformas de Gorbachov fueron resistidas por el partido comunista que trató de tomar el poder (agosto 1991) pero no pudieron destituir a Boris Yeltsin y el gobierno federativo Ruso. El partido fue declarado fuera de la ley.
En diciembre, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia declararon que una Unión de Estados Independientes reemplazarían la URSS. Gorbachov dimitió hacia fines de año. Ahí terminaron los 74 años de la URSS. Pero Rusia y sus aliados siguen en la confederación y Boris Yeltsin renunció como presidente en diciembre de 1999. Sin él las transformaciones hacia el capitalismo no hubiesen seguido en Rusia.
Hacia fines de marzo 2000, Vladimir Putin, que había sido primer ministro de Yeltsin, fue elegido presidente con mayoría de votos contra el candidato del partido comunista. Putin, en una alocución prometió luchar contra la corrupción con la ayuda de sus ex camaradas de la antigua KGB.

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